ERC y Junts mantienen su particular guerra en Cataluña por la hegemonía del separatismo. Una guerra que les lleva a enfrentarse por cuestiones que parecen poco importantes pero que encierran realmente dos concepciones muy diferentes de la sociedad. Así lo hemos podido ver estos días a la hora de comprobar cómo unos y otros han felicitado las Navidades a los ciudadanos. Mientras que ERC ha sorprendido negativamente al negarse a hablar de Navidad, el líder de Junts, el prófugo Carles Puigdemont, no ha dudado en realizar en X una encendida defensa de la tradición.
El departamento de Educación remitió el pasado día 23 un escrito a sus servicios territoriales en el que se refería a estas fechas como «fiestas del solsticio de invierno«. La misiva fue rápidamente filtrada a algunos periodistas, como Sergi Maraña, cercano al partido de la ultra Silvia Orriols y que lo publicó en X acusando a los republicanos de estar «com un llum».
El pesebre, el tió y el ‘Bon Nadal’
Un día más tarde era Carles Puigdemont el que dejaba claro que en Junts se respetan las tradiciones porque «son parte de la identidad de un pueblo». «Los pueblos», añadía, «han de poder conocer, reconocer y entender a sus ancestros. […] Comer escudella, hacer cagar al tió, poner el pesebre, desear Bon Nadal, celebrar Sant Esteve o ir a la Misa del Gallo son algunas de las maneras con las que los catalanes celebramos estos días». Y aunque el socio preferente de Pedro Sánchez reconoce que «ninguno deja de ser catalán por no hacer nada de eso, obviamente», sí que señala que «renegar» de las tradiciones «no nos hace necesariamente más cosmopolitas y tolerantes».