La amnistía ya es una pantalla pasada para el separatismo catalán. Así se desprende del mensaje navideño de San Esteban que pronunció ayer el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, que en su discurso desde el Diposit del Rei Martí —un antiguo deposito de agua— aplaudió la ley de amnistía, «que no hace mucho nos decían que era imposible», pero puntualizando que solo es un «paso necesario para abordar la siguiente fase de la negociación con el Estado: que Cataluña decida su futuro en libertad, votando sobre la independencia». Así, señaló que todos los catalanes debían volcarse en este objetivo: «Será el año que nosotros decidamos que sea. Hagámoslo el año en que ganemos el futuro que merecemos».
El otro gran asunto que centró el discurso fue el del pacto fiscal. «El 2024 debe ser el año en el que acordemos una financiación singular con el Estado que ponga fin a un déficit fiscal insoportable que nos priva de destinar recursos que ya pagamos, pero que administran otros, a mejorar la sanidad, fortalecer la educación, ayudar a autónomos, trabajadores y emprendedores», afirmó. Asimismo, señaló que 2024 será el año del «compromiso de todas y todos con el catalán» y de que el traspaso de Cercanías comience a desplegarse.