Nuevo episodio de intransigencia lingüística por parte del nacionalismo catalán. La Copistería Low Cost, un comercio de Zaragoza que posee establecimientos en distintos puntos de España, está siendo estos días víctima de una campaña de hostigamiento protagonizado por el separatismo. El motivo es la empresa pidió por WhatsApp a una clienta catalana que se dirigiese a ella en castellano, pues el servicio de atención al cliente opera desde Zaragoza. La usuaria hizo un pantallazo de la respuesta y lo publicó en redes, lo que generó la oleada de intolerancia nacionalista aludida.
El caso es que, además de los insultos y amenazas en redes, en las últimas horas una de las oficinas del comercio en Barcelonas ha sido señalada con un grafiti hostil: «Boicot català». El responsable del establecimiento hizo una fotografía de la pintada y, acto seguido, la borró. La compañía ha salido al paso de la polémica aclarando que siente un gran respeto por la «diversidad lingüística», pero haciendo hincapié en que, si la persona que atendía el servicio estaba en Zaragoza, es normal que usase el español. Asimismo, ha recordado que este idioma es oficial en toda España según la Constitución.