Que el Gobierno de Pedro Sánchez está en manos de Carles Puigdemont y de Junts es una obviedad. Que el prófugo de la Justicia más famoso de los últimos años en España iba a someter a Sánchez a humillaciones públicas desde el minuto 1 es algo que solo podían intuir los catalanes, que han sufrido la torticera estrategia de la posconvergencia en el Govern y contra ERC. Si Miriam Nogueras obligó hace unas semanas a Sánchez a retractarse a la hora de explicar la amnistía en su debate de investidura, este miércoles ha sido el propio Puigdemont el que no ha dudado en sacarle los colores en el Parlamento europeo. Y lo ha hecho con amenaza incluida.
Que Sánchez no haya sido capaz de conseguir la oficialidad del catalán en la UE tal y como se comprometió a hacer en los acuerdos firmados por el PSOE con los separatistas catalanes es algo que no ha gustado a Junts. Y así se lo ha dejado claro Puigdemont en la Eurocámara, donde le ha advertido de que «hay que aprovechar las oportunidades» porque «si se dejan pasar de largo por miedo o incapacidad las consecuencias nunca son agradables«.