Tras los malos resultados obtenidos en Pisa por Cataluña —que ha logrado los peores datos del conjunto de España—, como explicamos en ElLiberal.cat, la Generalitat achacó en un primer momento el fracaso a una «sobrerrepresentación» de inmigrantes en la muestra. «No es difícil presuponer qué dirían algunos actores políticos y mediáticos si un gobierno del PP culpara de las carencias de la educación pública en una comunidad autónoma a los niños procedentes de otros países», señalaron desde el PP, que ante esta «justificación xenófoba», exigieron una «rectificación por parte del Gobierno de ERC.
Ante las críticas por xenofobia —que no solo provinieron del PP—, el Govern ha reculado y, después de contactar con loas autores que elaboraron el informe, ha asegurado que «se han podido descartar todas las dudas sobre la representatividad de la muestra respecto a la realidad social». En cualquier caso, la Generalitat ha dejado de cuestionar la metodología pero no ha desmentido que los resultados académicos sean debido a los «recién llegados». Así, la consellera Anna Simó ha justificado, en un registro más eufemístico que la cosa «va de pobreza infantil» y «segregación».