Con muy buenas palabras pero sin aceptar ninguna responsabilidad, el Govern ha echado balones fuera a la hora de asumir culpas por los malos resultados cosechados por los alumnos catalanes en las pruebas de PISA. Así, en un comunicado emitido tras la rueda de prensa ofrecida por el secretario de Políticas Educativas, Ignasi García Plata, y el director general de Innovación, Digitalización y Curriculum, Joan Cuevas, el Govern ha indicado que uno de los argumentos que explica estos malos resultados es que «la muestra de centros y alumnado para Cataluña tiene unos porcentajes de alumnado recién llegado por encima del dato real».
«El mismo informe PISA», añade el Govern, «atribuye una diferencia de resultados entre alumnado nativo y alumnado recién llegado, que ha llegado al sistema a media etapa y que no ha tenido la oportunidad de hacer un ciclo educativo completo».
El Govern ha tirado también de la excusa de la pandemia de COVID-19 para justificar lo sucedido. Y es que, según este comunicado, las pruebas de PISA demuestran que hay una «caída generalizada de los resultados de la mayoría de los países después de los cierres de centros educativos que provocó la pandemia«. Una caída que, según este informe, no estaría relacionada con el periodo de cierre sino con «los cambios en la capacidad de los grupos-clase, las interrupciones en la escolarización o las afectaciones socioemocionales».