Agentes de la Policía de la Generalitat-Mossos d’Esquadra de la Unidad Central de Blanqueo de Capitales y Delitos Económicos de la DIC detuvieron el pasado 29 de noviembre a nueve personas en Rubí, Terrassa, Sabadell y Barcelona a las que se atribuyen los delitos de estafa, falsedad documental, barqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal. Este entramado criminal actuaba con la ayuda de diferentes colaboradores que lograron desviar más de 2 millones de euros de una entidad bancaria.
Según han explicado los Mossos en un comunicado, todas las actuaciones que llevaban a cabo tenían el mismo denominador común: los principales implicados captaban a terceras personas para hacerse pasar por herededores de los titulares de cuentas corrientes de difuntos. «Gracias a la trazabilidad de las operaciones económicas«, ha indicado la policía autonómica, «se descubrió una sociedad instrumental que se usaba para administrar inmuebles adquiridos con los dineros fraudulentos desviados por falsos herederos». Uno de los líderes del grupo criminal, además, trabajaba en una entidad bancaria y «se encargaba de facilitar información personal de los clientes a la persona encargada de falsificar los documentos».
No había fallecido
Los Mossos tuvieron constancia de estos hechos en septiembre, cuando la entidad bancaria denunció «la existencia de un grupo de personas que, organizadas y valiéndose uno de ellos de su condición de empleado de este banco, habrían estado operando conjuntamente al largo del tiempo para apropiarse de diferentes depósitos bancarios de clientes, mediante la solicitud de tramitación de expedientes de testamentaria fraudulentos«.
Una de las operaciones más sorprendentes tuvo lugar cuando una clienta pidió un duplicado de una libreta bancaria en la que apenas tenía actividad y el empleado que la atendía descubrió que «constaba como muerta desde hacía más de cuatro años«. Poco después, la entidad bancaria descubrió operaciones similares, por lo que puso los hechos en conocimiento de los Mossos.