Una de las condiciones para que la socialista Francina Armengol fuese presidenta del Congreso fue que los idiomas cooficiales pudiesen hablarse en la Cámara Baja. Sin embargo, una vez otorgada esta concesión, no todos los líderes secesionistas están utilizando invariablemente la lengua de Pompeu Fabra. Es el caso del popular Gabriel Rufián, que ayer usó ambas lenguas en su intervención. Cabe recordar que Rufián representa la apuesta republicana por captar votos en el electorado metropolitano y mayoritariamente castellanohablante, dada su condición de «charnego» y de que se expresa en este idioma.
Tras su alocución, las críticas procedentes del separatismo no tardaron en aparecer. «Si los diputados catalanes no hablan en catalán en el Congreso el mensaje que se transmite es que es una lengua accesoria, prescindible, inútil», ha escrito en X el expresident Quim Torra. Y ha completado: «Así no se prestigia al catalán, ni se ayuda a su normalización».
En una línea similar se ha pronunciado el periodista Sergi Maraña: «Qué desgracia tener un representante de un partido que trata así la lengua propia de Cataluña. Debe pensar que por las cosas importantes mejor utilizar la lengua común de quien te quiere rematar». «Lo que no sabe», ha aclarado, «es que quien le escucha le importa un rábano lo que dice, aunque lo haga en castellano».