Uno de los argumentos que ha esgrimido el PSOE para hacer oficial el catalán, gallego y vasco tanto en el Congreso como en la Unión Europea —tal y como le exigía el nacionalismo de cuyos votos depende— es que se trata de una medida que favorece la diversidad. Sin embargo, el Gobierno de Sánchez ha propuesto una serie de condiciones en la Eurocámara para barrer el paso a otras lenguas minoritarias y que no sigan los pasos del catalán, lo cual no se compadece del todo bien con la aludida diversidad. Y es que, según cuenta El Triangle, el Ejecutivo español ha propuesto al resto de Estados miembros seis condiciones para evitar el efecto contagio.
Así, el documento elaborado por el Gobierno incluye media docena de requisitos para que las lenguas puedan ser oficiales en la Eurócamara. En primer lugar, deben ser lenguas «originarias» de un Estado miembro. En segundo, ser «lenguas de trabajo» en el parlamento nacional. Además, han de haberse utilizado durante al menos 10 años en las instituciones de la UE por acuerdo administrativos. También, será necesario que los tratados se hayan traducido a estas lenguas con copia certificada al Consejo. Por último, deberá ser un Estado quien pida la oficialidad y asuma el coste.