Las concesiones de Sánchez al separatismo para recabar su apoyo a la investidura podrían tener consecuencias indeseadas. Y es que, como hemos contado en ElLiberal.cat, Junts y Esquerra han entrado en una pugna por visualizarse ante su electorado como los más duros y exigentes, y sus demandas son cada vez más audaces. Así, según cuentan diversos medios, el PSOE está indignado por que Puigdemont estaría intentando reabrir «asuntos ya cerrados». Por ejemplo, el PSOE no ve como amnistiar a una condenada por prevaricación como la expresidenta del Parlament Laura Borràs, ante lo cual el expresident ha demandado para ella «otras formulas» —entre las que se cuenta un posible indulto—.
Por su parte, Esquerra no descarta «impulsar» otra ley de desconexión para organizar un nuevo 1 de octubre. Los republicanos estarían dispuestos a aceptar el reto de la CUP, que ha reclamado en el Parlament iniciar los trámites legales para convocar un nuevo referendo de secesión antes de que acabe la legislatura en 2025. Con esta iniciativa, los antisistema afirman querer probar hasta qué punto es cierta la «desjudicialización» promovida por el Ejecutivo, pero también retratar a Junts y Esquerra en caso de qué ambas formaciones no estén dispuestas a llegar hasta el final. De momento, republicanos y neoconvergentes aguantan el envite.