En cualquier conversación sobre política surge inmediatamente la pregunta del momento ¿ Investidura o repetición electoral ?. Mi criterio ha sido siempre apostar por la repetición electoral, aunque con la coletilla de que las encuestas van a se decisivas para que acabe produciéndose una u otra alternativa. La razón principal para apostar por la repetición electoral es la dificultad de casar las exigencias de la derecha independentista de Puigdemont con lo que Sánchez se ve capaz de conceder sin hipotecar irremediablemente su futuro y el del PSC. Puigdemont aspira a algo más que la amnistía. Necesita salvar la legitimidad del 1-O, y no renunciar a la unilateralidad de forma expresa. No porqué crea en una independencia a corto o medio plazo, sino porqué entiende que es la única vía para sobrepasar a ERC y recuperar la hegemonía entre los independentistas. Puigdemont, a pesar de las apariencias de un liderazgo indiscutido, esta siendo cuestionado desde la ANC e incluso por sectores del Consell per la República y de su propio partido. El panorama de unas elecciones autonómicas con una lista encabezada por la alcaldesa de Ripoll y otra de ‘Octubristas‘ asusta a Puigdemont.
Sánchez es consciente de los riesgos que asumiría si finalmente llega a un acuerdo que vaya más lejos de una amnistía
Por otra parte Sánchez es consciente de los riesgos que asumiría si finalmente llega a un acuerdo que vaya más lejos de una amnistía que pueda vender como un punto y final del ‘procès’ aunque todos sepamos que no lo seria. Ni el acuerdo para realizar un referéndum, o aprobar un llamado Acuerdo de Claridad, ni la calificación de los catalanes como minoría nacional van a producirse. La idea de la minoría nacional no sé de donde ha salido, ha sido desmentida por Illa pero ni tan siquiera es aceptada pacíficamente por los independentistas a no ser que alcanzara a los catalano-parlantes de la Comunidad Valenciana, Baleares, La Franja y la denominada por los indepes Catalunya Nord, o sea los ‘ PaÏsos Catalans ‘. Otra cosa son acuerdos como la condonación de deuda o el traspaso de Cercanías, aunque este último tampoco parece probable. Por último tampoco va a poder cumplirse la petición de Junts, asumida por el PSOE, de que el catalán sea oficial en la UE antes de la investidura.
Si, según las encuestas, el PSOE puede formar gobernó sin Junts o esa formación sobrepasa a ERC, el acuerdo no se producirá
Ante este panorama el acuerdo exigiría traspasar las líneas rojas de alguna o ambas formaciones. Y ello sólo puede producirse si las encuestas avanzan un retroceso para ambas formaciones respecto al 23J. Si, según las encuestas, el PSOE puede formar gobierno sin Junts, o esta formación sobrepasa a ERC, el acuerdo no se producirá. Para que ambas formaciones cedan lo suficiente es imprescindible que ambas pierdan con la repetición electoral. De momento las encuestas muestran estabilidad en el PSOE y , salvo el CIS, auguran el adelanto de Junts a ERC. Para saber lo que va a a pasar atiendan a lo que diga Puigdemont, pero, sobre todo, fíjense en la evolución de las encuestas. A día de hoy, a pesar del anuncio de un descontado acuerdo entre PSOE Y SUMAR, estamos más cerca de la repetición que del acuerdo.