Tras recibir el informe del Consell d’Acadèmics para el Acord de Claredat, el presidente del Govern, Pere Aragonès, ha mostrado este lunes su postura a favor de la celebración en Cataluña de lo que los expertos llaman un «referéndum de inicio en el territorio subestatal». Es decir, el republicano quiere celebrar en Cataluña «un referéndum a la escocesa en el que la ciudadanía se pueda pronunciar con un sí o un no a la independencia y, a partir de ahí, iniciar el camino que ha de llevar a la implantación del resultado». Este tipo de referéndum, ha añadido, «es posible, viable, legal y puede ser una solución compartida para resolver el conflicto con el Estado».
En ERC dan por hecho, pues, que el PSOE de Pedro Sánchez aceptará finalmente la celebración de la controvertida consulta, a pesar de que, al menos en público, esta no es la postura de los socialistas. Además, los republicanos han escogido la alternativa que menos margen de participación da al resto de españoles sobre la decisión de la independencia. Todo ello a pesar de que el informe de los expertos ofrecía cuatro alternativas en las que esta participación sí estaría garantizada.
Cinco posibilidades
La alternativa escogida por ERC consistiría en «consultar a la ciudadanía de Cataluña sobre la conveniencia de que el Parlament iniciara un proceso de reforma constitucional que podría contemplar la independencia y/o una nueva acomodación en el seno del Estado». Como alternativa número 2, los autores del informe plantean un referéndum de ratificación en el territorio subestatal. Esta consulta consistiría en «consultar a la ciudadanía de Cataluña sobre un acuerdo político previamente asumido sobre la independencia y/o una nueva acomodación en el seno del Estado y que, por ejemplo, se podría hacer en el marco de una reforma del Estatut d’Autonomia».
La tercera opción es definida por los expertos como «referéndum de inicio en el conjunto del Estado» y se basaría en «convocar un referéndum en el conjunto de España en aplicación del artículo 92 de la Constitución, preguntando al conjunto de la ciudadanía española si estaría de acuerdo con que el Gobierno autorizase una consulta en Cataluña sobre la independencia y/o una nueva acomodación en el seno del Estado». Esta opción la descartan, sin embargo, los autores del informe por considerar que «podría intensificar el choque entre mayorías estables y minorías territoriales».
Como cuarta alternativa, los expertos escogidos por el Govern consideran el «referéndum de ratificación en el conjunto del Estado«. Esta consulta se basaría en «aprobar por parte de toda la ciudadanía del Estado los términos de la independencia y/o una nueva acomodación en el seno del Estado acordados por los representantes». Este tipo de referéndums están previstos «en los procesos de reforma constitucional». Como quinta y última posibilidad, el documento analiza la celebración de una consulta en Cataluña y otra en España. Se podría conocer así la opinión de todos los españoles «sobre un escenario específico de acomodación». No obstante, «esta posibilidad sería inusual en términos comparados» y podría agravar «el choque entre mayorías estatales y minorías territoriales».