Diversos centros escolares catalanes suelen proclamar su adhesión al plurilingüismo. Llamativamente, esta querencia por la diversidad de lenguas suele traducirse en que la única lengua vehicular es el catalán. Así ocurre, por ejemplo, en el colegio Sant Feliu en Cabrera de Mar, que, en el apartado «Plurilingüismo de su centro educativo» de su proyecto lingüístico, afirma: «El centro tiene bien asumido el principio de la declaración universal de derechos lingüísticos según la cual todo el mundo tiene derecho a ser reconocido como miembro de una comunidad lingüística».
Pese a ello, como remarca la Asamblea por una Escuela Bilingüe en un post de Twitter en el que denuncia la situación, el colegio imparte «todas las asignaturas en catalán», excepto algunas asignaturas extraescolares, que se llevan a cabo en alemán o inglés. Paradojícamente, el centro asegura estar volcado en la interculturalidad, pero solo si ésta sirve para «fomentar el uso de la lengua catalana».