Puigdemont está aprovechando la negociación de la investidura para apartar del foco a ERC como principal actor del secesionismo adoptando posiciones maximalistas. Así, en una rueda de prensa en Bruselas, el líder de Junts ha dado a conocer las exigencias innegociables para respaldar la investidura de Sánchez. En primer lugar, España debe reconocer la legitimidad del separatismo y «dejar de tratarnos como a terroristas». En segundo y tercer lugar, impulsar una amnistía para los encausados por el procés cuya garantía de cumplimiento sea verificada por un relator externo.
Y en cuarto, que el catalán sea lengua en la UE, iniciativa que el Gobierno ya ha puesto en marcha. Estas reclamaciones no serían el punto final, sino el de partida para que se produzca una negociación posterior que desemboque en un «acuerdo histórico». Y es que, según Puigdemont, «no estamos hablando de un parche para sacar adelante la legislatura y cerrar el paso a la derecha. Estamos hablando de que si hay acuerdo, este debe ser un acuerdo histórico, un compromiso histórico como el que ningún régimen ni gobierno español ha sido capaz de hacer realidad