Resulta difícil entender que la vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, haya viajado hasta Bruselas para reunirse con el líder de Junts, Carles Puigdemont, fugado de la Justicia española desde 2017 y que ahora mismo no goza de inmunidad como miembro del Parlamento europeo por sus problemas judiciales en España. El Gobierno en funciones se ha desmarcado del viaje pero a nadie se le escapa que la reunión tiene como único objetivo allanar el camino a Pedro Sánchez para conseguir el respaldo de Junts a su investidura. Y en ese viaje están como principales escollos una ley de amnistía para los separatistas catalanes y la celebración de un referéndum de autodeterminación.
El viaje ha cosechado duras críticas contra Díaz, a la que el PP le ha recordado que, aunque sea la líder de Sumar, es también vicepresidenta del Gobierno las 24 horas del día. No han sido los populares los únicos en mostrar su reproche a la vicepresidenta. Hasta socialistas como el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García Page, han censurado el viaje. En redes sociales como X, muchos ciudadanos se preguntan este lunes dónde están los límites para el PSOE y Sumar a la hora de mantenerse en La Moncloa.