Sánchez sigue ligando su porvenir político al separatismo. El Ejecutivo socialista ha logrado que su candidata, la pancatalanista Francina Armengol, sea elegida hoy presidenta del Congreso con 178 votos, dos por encima de la mayoría absoluta, con el apoyo de secesionistas de izquierda y derecha. Mientras, la popular Cuca Gamarra ha logrado 139 —con el respaldo de CC y UPN— e Ignacio Gil Lázaro, de Vox, se ha tenido que conformar con 33. Así, mientras Junts ha arrancado a cambio de su apoyo el uso del catalán en el Congreso e investigaciones sobre el 17A y las «cloacas del Estado», así como lograr un grupo propio en la cámara, ERC ha hecho lo propio acordando proseguir con la «desjudialización» del procés, lo que se ha entendido como el impulso a una eventual aministia.
El hecho de que a las habituales alianzas de los socialistas se haya sumado Puigdemont ha llevado a algunos constitucionalistas críticos con el sanchismo bautizar el nuevo «bloque progresista» como «Frankestein Plus». Así lo ha hecho por ejemplo el portavoz del PP en Barcelona, Juan Milián, que ha publicado en su cuenta de Twitter: «Las alianzas del PSOE dibujan un Frankestein Plus. Sánchez vuelve a sacrificar el bien común el el altar procesista».
Por su parte, el columnista de The Objective Teodoro León Gross, ha recurrido a la misma nomenclatura: «Si algo se visualiza en la sesión es cuánto va a ser necesario el periodismo porque el Frankenstein+ con Puigdemont cuenta ya con una claque mediática entusiasta que lejos del menor sentido crítico, llama a esto, mayoría progresista y da carta blanca a todo por mantener el poder».