Ante un posible pacto de PP y Vox para gobernar tras el 23J, parte del separatismo aboga por volver a sostener a Pedro Sánchez para frenar el avance de la «ultraderecha». Es la postura defendida, por ejemplo, por el conseller Joaquim Nadal, que aboga por un grupo de partidos de «matriz catalana» para «apuntalar» a Sánchez frente a la «extrema derecha». Ante estas propuestas, el expresident fugado en Bélgica, Carles Puigdemont, ha declarado en redes que dar estabilidad al Gobierno de España, sea cual sea, contribuirá a la «disolución de la nación catalana».
Así, respecto a Sánchez, ha asegurado que «mientras iba prometiendo inversiones, el Estado ya había decidido descargar una persistente lluvia ácida sobre Cataluña, con la intención de disolver la nación empezando por la lengua y continuando por la cohesión social». Acto seguido, ha mantenido que la «izquierda [española]es exactamente igual de disolvente que la derecha, por lo que se ayudan mutuamente, como hemos vuelto a ver en Barcelona», y que «la prosperidad y el bienestar de los catalanes no figuran en las prioridades reales de ningún partido español».