Nuevo episodio que muestra la fijación monolingüe de la Escola Catalana. Según relata Crónica Global, un Instituto de Santa Coloma ha encargado a los alumnos de 15 años un trabajo de campo que obliga que les obliga a visitar bares y restaurantes para comprobar si tienen el menú disponible en catalán. De no ser así, deben ofrecerse a traducirlo y constatar si la reacción del dueño es de «ilusión» o se ha «sentido atacado». El objetivo del trabajo es que los alumnos sean conscientes de la «presencia de la lengua catalana» fuera del centro.
La Asamblea por una Escuela Bilingüe (AEB) se ha mostrado muy crítica con los hechos: «Lean la noticia y luego recuerden que la escuela catalana se autodefine como democrática, plurilingüe y inclusiva. Solo que en la práctica intenta adoctrinar y formar a ciudadanos sectarios». Según relata el rotativo, los profesores han explicado que los bares que no tienen la carta en catalán cometen una ilegalidad. Sin embargo, el TC dictamina que en las relaciones entre particulares no puede imponerse el uso de una de las lenguas oficiales