Las reacciones sobre la sentencia de los tribunales franceses que anula el reglamento municipal que permitía expresarse en catalán en los plenos y después traducirlo al francés —la Justicia gala ha establecido que debe ser a la inversa— ha generado reacciones opuestas en Cataluña. Por una parte, el diputado de Ciudadanos, Nacho Martín Blanco, ha resaltado las contradicciones del nacionalismo al afirmar: «Estoy encantado de que en España se permita el uso del catalán en instituciones locales y autonómicas, pero cuando veo noticias así constato lo grotesco que resulta el discurso victimista del nacionalismo catalán en España, país modélico en el respeto a su propia diversidad».
Por su parte, la entidad ultra Plataforma per la Llengua, conocida por organizar señalamientos a comercios con dependientes castellanohablantes, ha tildado de «supremacista» la sentencia. «Es una sentencia de carácter supremacista, se ordena que el francés prevalga sobre el catalán», ha afirmado la plataforma. Y ha proclamado: «¡Defendamos el catalán en la Cataluña Norte [territorio del sur de Francia que los nacionalistas consideran parte de Cataluña]».