Recientemente, supimos que Begoña Súarez, la enfermera andaluza del Hospital del Vall d’Hebron señalada por el nacionalismo por haber criticado el requisito de catalán para opositar, fue sometida a un duro interrogatorio de casi una hora por parte de un instructor del Govern poco antes de ser despedida. Además, como contamos en ElLiberal.cat, el conseller de Salud, Manuel Ballcells, justificó el despido por motivos ideológicos, señalando que lo que afirmó Súarez en el vídeo de Tik Tok era «ofensivo» tanto por las «formas» como por el «contenido».
Ante esta situación, la entidad constitucionalista Impulso Ciudadano ha presentado una queja al Defensor del Pueblo. En el texto, IC hace notar que la enfermera sufrió un «acoso discriminatorio», pues en los insultos recibidos se hacía referencia a su origen andaluz y se la conminaba a «volver a su tierra». Asimismo, denuncia que el hecho de que Ballcells justificará la rescisión de contrato por su carácter «ofensivo» evidencia la «limitación a la libertad de expresión y la discriminación ideológica» practicada por la Generalitat.
Doble rasero
Por último, recuerda que las otras «faltas» que reprochan a la sanitaria —grabar un vídeo personal en horario de trabajo o hacerlo sin mascarilla— evidencian el doble rasero del Govern, que en 2019 permitió, en incluso celebró, que trabajadores realizaran proclamas a favor del secesionismo en horario laboral.