La Audiencia Nacional señala a la republicana Marta Rovira como número 1 de la organización separatista anónima Tsunami Democràtic, que promovió, entre otras, las graves algaradas que sucedieron en Barcelona a mediados de octubre de 2019, tras la publicación de la sentencia del Tribunal Supremo contra los líderes del procés. Según publica El Confidencial y recogen otros medios, Marta Rovira, que se fugó a Suiza para evitar la acción de la Justicia española, utilizaría dentro de la organización el pseudónimo de Matagalls, montaña catalana que según ella misma habría manifestado en alguna ocasión es su preferida.
Con Puigdemont y Anna Gabriel
El trabajo de Rovira dentro de Tsunami Democràtic consistiría, según la información recabada por la Guardia Civil, en negociar el funcionamiento de esta entidad con otros partidos separatistas y con el propio Govern, presidido entonces por el radical Quim Torra. Algo que Rovira llevaba a cabo desde Ginebra. En esta ciudad, la líder de ERC se habría reunido semanas antes de la sentencia del Supremo con Carles Puigdemont y con Anna Gabriel, también fugados de la Justicia por su implicación en el referéndum ilegal de octubre de 2017. En estos encuentros se acordaron, entre otras cuestiones, el anonimato de Tsunami Democràtic y el calendario de las protestas que llevaría a cabo.
No fueron estos los únicos políticos implicados. También formaría parte del entramado Oriol Soler, cuya detención en la operación Voloh permitió acceder a material informático sobre el funcionamiento de Tsunami. Soler era conocido dentro de la organización como Rigoberto y estaba al frente de la comunicación de la entidad, que se llevaba a cabo vía redes sociales y a través de Telegram. También estarían implicados en la organización Oleguer Serra, Xavier Vendrell, Marta Molina y Josep Campmajó, que operaban bajo los pseudónimos de Pere Carbasser, Índigo/Escobar, Mandela y Canalla, respectivamente.