Madrileño de nacimiento y barcelonés de adopción, Gonzalo de Oro (Madrid, 1970) es el candidato de Vox al Ayuntamiento de Barcelona para las elecciones municipales que se celebrarán el próximo 28 de mayo. Tranquilo y conciso, De Oro tiene claro que representa a una formación que ha llegado para quedarse y cambiar las cosas. Sea desde los gobiernos o desde la oposición. En el caso de Barcelona, la inseguridad ciudadana es el problema que más preocupa a los residentes en la capital catalana. De Oro tiene claro que es necesario un Consistorio que afronte la situación con mucha más contundencia. Y eso considera que no lo harán el resto de candidatos.
Candidato de Vox al Ayuntamiento de Barcelona y madrileño. ¿Cómo está viviendo la experiencia?
Soy madrileño de nacimiento pero llevo aquí de los cuatro años y me considero barcelonés por los cuatro costados. Estoy viviendo esta experiencia con ilusión y con muchas ganas de cambiar las cosas. Es una ciudad que está tomada por el separatismo y por la izquierda y hay mucho trabajo por hacer. Mi equipo y yo estamos muy ilusionados por conseguir cambiar las cosas.
Una de las principales apuestas de su candidatura y del partido en general es la de la seguridad ciudadana. ¿Cuál es la situación de Barcelona ahora mismo? ¿Qué le dicen los vecinos?
La situación de Barcelona es ahora mismo alarmante. No solo se ve en las estadísticas. Los homicidios han crecido un 167%. Somos la meca de la okupación a nivel europeo. En el Metro se producen 1.000 robos al día. Los datos son escalofriantes. Pero la percepción de los vecinos es aún peor. Hay muchos robos y delitos que no se denuncian. Si te roban el reloj, muchos no lo denuncian porque saben que no lo van a recuperar. Y, en el caso de los turistas, la situación es aún peor porque no van a perder todo un día de sus vacaciones en poner una denuncia. Da igual con quien hables porque todo el mundo y en todos los sectores te dicen que el problema son los robos. Tenemos una situación completamente descontrolada.
El Ayuntamiento de Barcelona tiene que lanzar un mensaje de dureza absoluta contra la delincuencia
Gonzalo de Oro
¿Qué propone Vox para solventar este problema?
De entrada, nosotros proponemos que el Ayuntamiento sea muy firme en el mensaje. La ley en Barcelona es la misma que en otros lugares de España. Sin embargo, aquí hay más robos y hay más okupación. Y es así porque desde el Ayuntamiento se lanza un mensaje de benevolencia que produce un efecto llamada. El Ayuntamiento tiene que lanzar un mensaje de dureza absoluta contra la delincuencia. Hay cosas en las que no puede haber medias tintas y una de ellas es la seguridad. La gente necesita estar segura. Para que haya libertad tiene que haber seguridad. Desde que entró este gobierno ya hizo un primer gesto que ya denotaba qué tipo de gobierno iba a ser. Le hablo de la desaparición de los antidisturbios de la Guardia Urbana. Era una señal. Pero tampoco nos tenemos que extrañar porque aquí hay una alcaldesa que, en su juventud, era okupa de profesión. No podemos esperar milagros. Insisto, es importante que el Ayuntamiento dé una imagen de dureza para no convertir Barcelona en Las Vegas de muchos delincuentes que saben que aquí tienen mucha más permisividad que en otros sitios.
Pero esta deriva realmente comenzó con el tripartito, cuando Barcelona se presentaba como ciudad antisistema. Luego siguió con Xavier Trias, cuando cedió a los okupas Can Vies. Y con Ada Colau ha terminado de reventar.
Así es. Esto no viene solo de Colau. Viene de hace muchísimo tiempo. Comenzó con el tripartito, con un llamamiento general de que Barcelona iba a ser una ciudad permisiva, la ciudad de los okupas y del perroflautismo. Eso generó un efecto llamada. Por otro lado, hay gente que se está pensando votar a Trias porque Colau ha sido muy mala alcaldesa y piensan que él fue muy bueno. Pero la realidad es que Colau ha sido tan mala alcaldesa que puede hacer bueno a cualquiera. Trias fue un alcalde del montón que, además, dio pie a todo el separatismo que hay en Barcelona. Además, claudicó totalmente en Can Vies y eso también tuvo efecto llamada.
Trias fue un alcalde del montón que dio pie a todo el separatismo que hay en Barcelona y que, además, claudicó totalmente en Can Vies
Gonzalo de Oro
Otra de las grandes preocupaciones de los ciudadanos es la de la okupación. ¿Qué percepción tiene Vox a través de lo que está recibiendo por los ciudadanos?
Es la misma percepción que en el resto de España con la diferencia de que aquí están más expuestos al problema. Yo mismo tengo un apartamento en un lugar de veraneo y tenemos un chat entre los vecinos para avisarnos si ocupan alguna casa. Lo de España con la okupación es una anomalía a nivel europeo y mundial y en Barcelona aún más. Ningún gobierno ha endurecido las penas. Y, en el caso municipal, esto merece una dureza extrema y no la permisividad que hay ahora. Hace unos días había una orden para desocupar un edificio que lleva cinco años ocupado, pero como los okupas amenazaron con una especie de guerra sin cuartel, desistieron de sacarlos. Esto no puede ser. No podemos ceder constantemente a las amenazas y el chantaje de los okupas.
¿Y cuál cree Vox que es la solución? Hay ayuntamientos que recurren a empresas para afrontar el problema.
La Administración tiene que ser muy dura. El Ayuntamiento ha de dejar claro que hará la vida imposible a los okupas, que les va a molestar, que va a estar ahí cada día la Policía, que no va a permitir el trapicheo con drogas… Piense que estos lugares se convierten también en narcocasas. Allí donde ocupan algo, llegan otros problemas. Además, es muy importante que el ciudadano se sienta apoyado por el Ayuntamiento. Como mínimo, hemos de tener la obligación de personarnos para el desalojo. Y tiene que ser nuestra obligación que quien tenga un piso ocupado deje de pagar el IBI hasta que se desocupe. ¡Es que encima tiene que pagar los impuestos y los suministros! Ya le digo que esto es inimaginable en el resto del mundo.
Cuando alguien entra en la rueda de la delincuencia es muy difícil que salga. Hay que devolver a los ilegales a sus países
Gonzalo de Oro
Hay un tercer problema que también preocupa cada vez más y es el de las agresiones sexuales.
Cierto. Nos preocupa muchísimo. Tenemos una ley esperpéntica como la del sí es sí, que no solo rebaja las penas a los delincuentes sexuales sino que ha permitido salir a la calle a muchos. Además, esto va a ser un goteo constante hasta que se cambie la ley, si hay voluntad para ello. No les veo con demasiada prisa. Es tremendo. En cualquier lugar del mundo, con un error así, el gobierno hubiera dimitido en masa. Pero aquí no pasa nada. España, por desgracia, es diferente también para lo malo. Por otro lado, aquí tenemos el efecto de la inmigración ilegal. Tenemos muchísima inmigración ilegal de subsaharianos y gente del Magreb. Hay una inmigración formada por familias. Pero, en este caso, la mayoría son hombres jóvenes, en edad militar, que vienen para ganarse la vida como pueden. Son personas sin papeles y muchos de ellos no tienen ninguna educación. Por desgracia, las cifras nos dicen que el 76% de los delitos los cometen extranjeros. Y sucede lo mismo con las violaciones. Aquí tenemos manadas de magrebíes que atacan a chicas solas cuando vuelven a casa. Esto no es un tema de racismo. Es un tema cultural y de sentido común. No puede haber gente ilegal en la calle. No pueden conseguir trabajo porque no tienen papeles y se dedican a delinquir. Cuando alguien entra en la rueda de la delincuencia es muy difícil que salga. Hay que devolver a los ilegales a sus países. No podemos estar como estamos en Cataluña.
El lema de Vox para estas elecciones es el de ‘Cuida lo tuyo’. ¿Qué significa?
Nosotros queremos recuperar aquello que nos enseñaron nuestros abuelos. Entendemos la globalización pero no creemos en el globalismo. Los barrios no deben perder su identidad. Hay que proteger al pequeño comercio. Poco a poco están cerrando porque los estamos matando a impuestos, con las compras por internet… Hemos de ser proteccionistas con el comercio de toda la vida, que genera barrios personales. Aquí estamos viendo como calles que estaban llenas de comercios se han ido transformando. Estamos perdiendo totalmente nuestra idiosincrasia por negocios montados por extranjeros, con unas facilidades que los de aquí no tienen. Los extranjeros claro que pueden montar negocios pero hemos de pensar en los de aquí también. Nos estamos cargando el tejido productivo.
Todas las encuestas auguran que es muy probable que Vox entre con hasta dos concejales en el Ayuntamiento de Barcelona. ¿Cuál es su percepción sobre esta cuestión?
Nosotros no solemos hacer mucho caso a las encuestas porque no dan ni una. En las últimas autonómicas, nos daban entre 0 y 1 diputado y sacamos 11. Al PP le daban 8 o 9 y sacó 3. No hacemos caso. Es verdad que nos anima que nos digan que ya estamos dentro. Tenemos muchísimo voto oculto. Pero lo que realmente nos mueve es lo que vemos en la calle. Y lo que vemos en la calle es muchísimo apoyo, gente que se ha dado cuenta de que solo queda Vox, que somos los únicos que ponemos sobre la mesa los problemas incómodos para intentar resolverlos. No lo hacemos para crear polémica. Y eso poco a poco va calando. Así que somos optimistas. Además, en Cataluña, que es un lugar completamente secuestrado por el separatismo, la gente está más harta que en otros lugares y ven que somos el único partido con agallas para cambiar las cosas.
Vox es el partido nacional que lidera el movimiento antiseparatista y contra la izquierda
Gonzalo de Oro
¿Cree que el constitucionalismo debería haber concurrido unido a estas elecciones como proponía Valents?
Yo pienso que los que deben ir unidos son los que piensan igual. En el arco parlamentario catalán hay partidos que en el 99% piensan lo mismo. Le hablo de Valents, Ciudadanos y el PP. Pero nosotros no pensamos igual. Nuestro mensaje contra el separatismo es muchísimo más duro. Y creemos que, si ellos quieren ir juntos, estupendo. Si después podemos sumar para echar al separatismo y la izquierda radical, fenomenal. Pero nosotros creemos que no debemos unirnos ahora porque tenemos un modelo de Estado distinto y un mensaje más duro y menos permisivo.
Las encuestas, aunque ustedes no las valoren, indican que la cosa entre Trias, Colau y Collboni va a estar muy ajustada. ¿Cuál es su análisis?
Yo creo que es muy importante que el voto nacional se concentre en la fuerza que lidera el movimiento en Cataluña, que es Vox. Somos el partido nacional que lidera el movimiento antiseparatista y antiizquierda. Hemos de ser fuertes para que no gobierne el separatismo y para que no lo hagan ni Colau ni un tripartito. Es difícil pero tenemos que luchar. Si gobernamos, gobernaremos. Y, si nos toca hacer oposición, que es lo más seguro, que sea una oposición dura e implacable.
Para acabar, ¿teme que les hagan en el Ayuntamiento la misma censura que ya sufre Vox en el Parlament?
Miedo ninguno porque, si no, no estaría en Vox. Tengo la seguridad de que será así. Y lo tenemos perfectamente asimilado. Aquellos que se llenan la boca de demócratas demuestran a diario que no lo son. Los españoles van poco a poco abriendo los ojos y en Cataluña le diría que aún más. Confiamos en que las cosas sigan así, que los ciudadanos vean que Vox es la única alternativa, que no tenemos dudas, que no tenemos complejos y que no tenemos miedos.