Un total de once ayuntamientos catalanes se han apuntado al boicot de productos españoles promovido por el Consell de la República, el Govern en la sombras dirigido por el fugado Carles Puigdemont en Waterloo. La estrategia, que considera «fundamental» la ruptura con el Estado Español en relación al consumo, se inició hace un año y ya se han sumado a ella los consistorios de Vic, Amposta, Olvan, Santa Eugenia de Berga, Artés, Bescanó, Torres de Segre, Arbúcies, Amer, Sant Pol de Mar y Sant Feliu de Pallerols.
El Consell de la República arguye que «potenciar la economía catalana y disminuir el grado de dependencia económica de empresas españolas. ¿Por qué? En una estrategia de ruptura con el Estado español, desarrollar el consumo institucional es fundamental». Y explica: «Por una parte, esto hace que se fortalezca la economía catalana y, por otra, garantiza la continuidad de la economía y suministros una vez se haga efectiva la desconexión con el Estado».