Voces como la de la discordante Marta Rovira han cuestionado la «legitimidad interna» de la votación ilegal del 1 de octubre de 2017, lo cual ha levantado el consecuente revuelo en un secesionismo dividido al respecto. Incluso dentro de su mismo partido. La consellera de Acción Exterior y Unión Europea de la Generalitat, Meritxell Serret, ha defendido en su juicio por presunta desobediencia en el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que obedeció el «mandato democrático» del Parlament sobre el 1-O frente a los requerimientos del Tribunal Constitucional (TC).
«Me reafirmo en que el proyecto independentista, republicano es un proyecto legítimo», ha dicho Serret durante su declaración, en la que solo ha contestado una pregunta de su abogado, Iñigo Iruin. Serret ha sostenido que en Cataluña existe un conflicto político «de raíces democráticas que vivió una escalada« con la sentencia del Estatut en 2010, y ha defendido su derecho a defender la política y, pacíficamente, la independencia de Cataluña.