Pese a que la beligerancia del separatismo contra el constitucionalismo se ha rebajado al remitir la tensión del procés, los insultos, el acoso y los señalamientos contra los segundos por parte de los primeros siguen siendo moneda corriente en Cataluña. La semana pasada, por ejemplo, la asamblea anual de socios de Sociedad Civil Catalana se vio alterada por la aparición de pintadas amenazantes en el centro cívico donde se celebró. Entre ellas, «Fuera fascistas de nuestros barrios» y «Fuck SCC».
A este incidente se le suma el relatado por el portavoz de Ciudadanos en el Parlament, Nacho Martín Blanco, que, tras acudir ayer al partido del Barcelona y el Madrid al Camp Nou, relató lo siguiente en Twitter: «Ir al Camp Nou con mi hijo de 7 años de la mano y que en apenas cien metros tres fanáticos me increpen al grito de «facha» da la medida de hasta qué punto algunos en Cataluña han perdido el oremus». Sin embargo, concluyó: «Por suerte, la inmensa mayoría de los catalanes no tiene nada que ver con eso».