El nacionalismo lingüístico practicado por la Generalitat sigue ocasionando controversia. Esta semana ha trascendido que, entre los años 2019 y 2021 (último año del que se disponen estadísticas), las partidas recaudadas del Govern en concepto de multas lingüísticas a los comercios por no rotular en catalán o disponer de información en este idioma aumentaron un 487,8 por ciento. Así, en 2019 se ingresó 25.087 euros; en 2020, 96361; y en 2021, 122.399.
Las sanciones se impusieron «por vulnerar los derechos lingüísticos de los consumidores o incumplir las obligaciones en materia lingüística que establece la normativa», según detalló el consejero de Empresa y Trabajo, Roger Torrent. Cabe recordar que, entre el centenar de medidas anunciadas en noviembre de 2022 para promover el monolingüismo en catalán, la Generalitat incluyó poder eludir las sanciones económicas por parte de los comercios si aceptaban apuntarse a cursos de concienciación lingüística.