El papel poco destacado que el Consell per la República juega en la realidad política catalana tal vez explique que el expresident y prófugo Carles Puigdemont se dedique últimamente a defender con vehemencia en redes sociales causas de escasa entidad. Recordemos que, recientemente, cargó contra Google porque en sus búsquedas le aparecían con excesiva frecuencia páginas en castellano en detrimento de las catalanas.
En la misma línea, ayer el expresident cargó contra la prisión de Lérida por haberle devuelto injustificadamente una carta dirigida al rapero antisistema Pablo Hasel. el motivo, según relata, es que indicó como destinatario al rapero por su nombre artístico y no por el real. «Es cierto, no se llama Pablo Hasel, sino Pablo Rivadulla. El error es mio», explicó. «Pero que la prisión de Lérida me devuelva la carta que le envié alegando que es un destinatario desconocido no lo puedo entender. Saben perfectamente quién es. Espero que ahora le llegue», denunció.