En los últimos meses, el nacionalismo está tratando de rehabilitar a uno de sus grandes mitos, el expresident Jordi Pujol, caído en desgracia tras confesar haber ocultado una fortuna en Andorra durante más de 30 años y haber sido considerada su familia por un juez como una «organización mafiosa». Así, mientras Pilar Rahola lo invitó a una calçotada junto a otros figuras destacadas del separatismo, el expresident Artur Mas criticó la confesión de su corrupción como un «error».
Sobre esta rehabilitación fue inquirido ayer en una entrevista ayer en El Mundo el articulista Gregorio Morán, un crítico histórico del pujolismo. «Esta vuelta a Pujol es salvífica para el nacionalismo político y mediático. De pronto los nacionalistas se conceden así mismo la amnistía total de su conocida corrupción y del fracaso del procés». Y añadió: «Añoran aquellos tiempos en los que podían hacer de todo y además quedar bien: ser españoles del año y a la vez atrapar el botín. Es lógico que quieran recuperar el pujolismo después de 2017».