El Ejecutivo de Pedro Sánchez suele esgrimir como indicador de lo acertado de sus políticas de contentamiento con el nacionalismo en Cataluña que la tensión secesionista ha remitido y se ha restaurado la conviviencia en la comunidad. Sin embargo, ello es cierto parcialmente, pues los activistas constitucionalistas que siguen manifestando su opinión no lo hacen sin dificultades. Es el caso de los jóvenes de S’Ha Acabat, que son boicoteados sistemáticamente en las universidades cada vez que organizan un acto. Hace poco más de un año, sin ir más lejos, centenares de radicales les rodearon y reventaron su carpa.
La hostilidad contra el colectivo no cesa. Y prueba de ello es el mensaje que ha lanzado el controvertido líder de los Mossos separatistas, Albert Donaire, en su cuenta de Twitter. «Solo tendremos universidades libres de totalitaristas y radicales el día que los expulsemos a ellos», ha escrito Donaire. Lo ha hecho en referencia a un tuit en el que la entidad constitucionalista celebraba que se hubiesen tachado unas pintadas antisistema en la fachada de uno de los edificios de la Universidad Autónoma de Barcelona.