Cuando Jordi Pujol se vio acorralado por el caso Banco Catalana en los 80, alegó que se trataba de un «juicio político» dirigido «contra Cataluña». Una estrategia defensiva, la de «envolverse en la bandera», ampliamente empleada por el nacionalismo catalán, según contó Arcadi Espada en Contra Cataluña. Sin embargo, en 2014, el expresident confesó que había mantenido oculta una fortuna en Andorra durante tres décadas, lo que hizo mella en su imagen y, por extensión, en la del movimiento nacionalista —recordemos que uno de sus mantras era el «España nos roba—.
Ahora, el expresidente de la Generalitat, Artur Mas, ha explicado en una entrevista en El Periódico que Pujol se equivocó con aquella confesión. Y es que, a su juicio, «asumió un coste político que ha trascendido más allá de su persona» por algo que él atribuye a un «problema que había a nivel familiar y que la familia regularizó con Hacienda». Por su parte, desea que se restablezca la honorabilidad de Pujol, pero cree que «difícilmente» será posible.