Aigües de Barcelona, la AMB y la ACA suman sinergias para impulsar el proyecto RESSONA, que quiere contribuir a la mejora de la sostenibilidad y la resiliencia ante los efectos de la emergencia climática —como los episodios de sequía o las inundaciones— a través de la transformación digital en todas las etapas del ciclo urbano del agua en el área metropolitana de Barcelona. Por ello ha solicitado al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) una subvención de 10 millones de euros en el marco de la 1.ª convocatoria de proyectos del PERTE Next Generation de digitalización del ciclo del agua, que cubriría el 50 % del presupuesto del proyecto y permitiría, así, acelerar el despliegue de soluciones para la protección del medio ambiente, la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, y la mejora de las ciudades y la calidad de vida de las personas.
El proyecto plantea una serie de actuaciones orientadas a impulsar la digitalización en todos los ámbitos del ciclo del agua, aportando mejoras en los siguientes ejes: resiliencia hídrica, para incrementar los recursos hídricos locales del territorio; eficiencia hidráulica y energética en el abastecimiento de agua potable; consumo sostenible, para fomentar el uso responsable a través de los sistemas de telelectura; eficiencia y sostenibilidad en el saneamiento, para minimizar riesgos de inundación y de vertido; monitorización en tiempo real del caudal y la calidad de los vertidos, para proteger las diversas fuentes de abastecimiento de agua, y transparencia y gobernanza, para integrar la información de valor de los diversos sistemas del ciclo del agua en favor de una mayor transparencia y una mejor planificación estratégica en la gestión del ciclo del agua.
El proyecto RESSONA pretende acelerar la resiliencia y la sostenibilidad del ciclo urbano del agua, también durante episodios como la sequía o las inundaciones, a través del impulso de la transformación digital
Además, los objetivos específicos del proyecto prevén, entre otras acciones, el despliegue de sistemas digitales disruptivos, como las soluciones de monitorización avanzada de la recarga del acuífero del delta del Llobregat y de la red de abastecimiento de agua potable o la implementación de gemelos digitales, un sistema de modelado y simulación en línea de la red de transporte y distribución de agua para optimizar la toma de decisiones y minimizar las pérdidas de agua. El proyecto también plantea acciones de divulgación, capacitación e implicación para fomentar, a través del conocimiento climático y digital, la transformación para la resiliencia y la sostenibilidad del ciclo del agua que sea también germinadora de progreso social.
Está previsto que el proyecto se inicie el próximo mes de julio, con una duración estimada de dos años y medio. Aigües de Barcelona considera clave la transformación digital de los servicios del ciclo urbano del agua para acelerar la transición hacia un servicio que se adapte, de manera sostenible, a los riesgos climáticos actuales y futuros del área metropolitana de Barcelona, y que al mismo tiempo impulse la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero y la implicación de sus grupos de relación.
En la región metropolitana, el déficit hídrico es un problema estructural, con una escasez de precipitaciones propia del Mediterráneo que ahora se ha visto agravada por el impacto de la emergencia climática: temperaturas más altas y pluviometría más irregular. En definitiva, menos agua para cubrir las necesidades de una población de cerca de 3,5 millones de habitantes. La ACA, que el pasado 22 de noviembre decretó la alerta por sequía en la cuenca del Ter-Llobregat, estima que el déficit hídrico actual en la región metropolitana es de 2 m3/s, equivalente a 60 hm3 al año. Un déficit que se duplicará en el año 2027 (4 m3/s y unos 125 hm3anuales) y llegará a 6 m3/s en el 2039 (aproximadamente 190 hm3 al año). Asimismo, se debe garantizar que las regiones aborden la adaptación a estos nuevos escenarios de escasez hídrica contribuyendo al cumplimiento de los compromisos climáticos internacionales en cuanto a mitigación de los efectos del cambio climático por alcanzar antes del 2030, como por ejemplo la reducción del 55 % de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Estas evidencias y previsiones ponen de manifiesto la necesidad de incrementar simultáneamente la sostenibilidad y la resiliencia del ciclo urbano del agua, y el proyecto RESSONA quiere convertirse en una palanca de transformación que, por medio de la colaboración público-privada entre Aigües de Barcelona, la ACA y la AMB y la financiación del MITERD a través del PERTE del agua, impulse la digitalización de los servicios del ciclo del agua y contribuya a combatir los efectos del cambio climático y asegurar la disponibilidad de un recurso escaso y necesario como es el agua en el área metropolitana de Barcelona.