El anuncio de que la ciudad de Barcelona rompe su hermanamiento con la ciudad israelí de Tel-Aviv, formulado por la alcaldesa Ada Colau esta semana, sigue generando controversia. Así, el alcalde de Miami, el demócrata Dan Gelber, ha respondido a la primera edil de la capital catalana con una dura carta en la que acusa a Colau de pretender «deslegitimar a una nación democrática cuya propia existencia esta en peligro contante», en referencia a Israel.
No queda ahí la crítica de Gelber, que también acusa a Colau de «legitimar a los extremistas» al justificar la ruptura de las relaciones con Israel por su trato a los palestinos. Extremistas que, ha recordado el alcalde de Miami, «recurren a la violencia y al terrorismo para defender su equivocada causa».
Boicot a la embajadora en la Complutense
La decisión de Colau, apoyada, según indicó ella misma, por un centenar de entidades barcelonesas, ha molestado profundamente a diversos representantes de Israel. Y es que, además, hay que tener en cuenta que este se produjo solo un poco antes de que un grupo de estudiantes intentara boicotear la visita de la embajadora de Israel en España, Rodica Radian-Gordon, a la Universidad Complutense, en Madrid. Uno de los escoltas de la embajadora llegó a empuñar un arma para contener a los jóvenes, tal y como se puede observar en el vídeo.
Subvenciones envenenadas
Entidades como Acción y Comunicación sobre Oriente Medio, han denunciado estos días el antisemitismo habitual en la izquierda española. Pero también cómo desde las instituciones se subvenciona a organizaciones vinculadas a Palestina: «Pescan subvenciones otorgadas por el Gobierno, las Comunidades Autónomas y municipios. Los caramelos, las balas y los salarios de los terroristas son pagados por los españoles«.
La incoherencia de Collboni
El candidato del PSC y primer teniente de alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, ha intentado enmendar la cartilla a Colau con un artículo publicado en El País bajo el título de Shalom, señora Colau, y en el que se compromete a reestablecer las relaciones con Tel-Aviv en el caso de que gane las elecciones. Un compromiso, cuando menos, incoherente, considerando que en 2017, por ejemplo, el PSC dio luz verde a una declaración institucional del Consistorio contra Israel que levantó algo más que ampollas.
Es difícil saber cuál ha sido la intención de Colau al lanzar este controvertido anuncio. Una posible explicación sería la de intentar captar el voto musulmán en las elecciones del próximo mes de mayo. Pero también hay que tener en cuenta que la alcaldesa está ya muy desgastada tras dos legislaturas y necesita movilizar a su propio electorado. Y es que el Gobierno de Colau no ha sido precisamente satisfactorio para sus votantes, que han visto cómo se esfumaban con los años las grandes promesas en áreas importantes como la de vivienda. Sea cual sea la explicación, Colau ha generado un problema que, de momento, no ha tenido repercusión a nivel diplomática, pero que, como poco, han sabido aprovechar en Madrid la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el alcalde y candidato, José Luis Martínez Almeida. La primera ya ha anunciado que en breve viajará a Israel y que se reunirá con el Gobierno de Bibi Netanyahu, formado por partidos de derecha y extrema derecha. El segundo no ha dudado en ofrecer a Tel-Aviv un nuevo hermanamiento con la capital española.