En general, los actores catalanes que han triunfado en el resto de España suelen guardar silencio o mostrarse ambiguos con respecto al problema nacionalista en Cataluña. La tensión del procés cambió en parte este paradigma, y algunos interpretes nacidos en Cataluña decidieron romper el hielo y denunciar los abusos del nacionalismo. Entre ellos, la finada Rosa Maria Sardà, que rechazó la Creu de Sant Jordi; Josep Maria Pou, que confesó que la habían hecho sentir «mal catalán» por no ser secesionista; y Nuria Espert, que comparó el procés con movimientos populistas como el brexit.
A esta lista se suma ahora el actor Eduard Fernández, que en una entrevista en El País ha confesado: «No puedo estar en Barcelona. Yo siento que últimamente, desde hace unos daños, la política cultural de Cataluña no es la que a mí más me gustaría». Por otro lado, el intérprete desvela que conoce más casos como el suyo: “«he hablado con más compañeros y también se quejan. La política cultural está muy teñida por la política lingüística».
Por último, Fernández lamenta el vacío al que es sometido por el separatismo en su propia tierra. «Me sabe mal y me entristece mucho que normalmente no tengo ningún bolo en mi ciudad, Barcelona. Y en Cataluña solo tengo uno: en el Prat de Llobregat. Es algo que más allá de todo, me entristece».