El PP catalán se encuentra en estos momentos sumido en una crisis inesperada puesto que las últimas encuestas daban cierto respiro a la formación tras asumir Alberto Nuñez Feijóo la presidencia a nivel nacional y quedar claro su aparente respaldo al líder en Cataluña, Alejandro Fernández. Sin embargo, la realidad en estos momentos es muy diferente y la formación va perdiendo afiliados a marchas forzadas a medida que se conocen quiénes serán sus cabezas de lista en algunos municipios de Cataluña para las elecciones del próximo mes de mayo.
La decisión del partido de que sea la formación a nivel provincial y nacional la que decida quiénes serán los números uno de las listas electorales catalanas no ha gustado en absoluto. El primer golpe en este sentido se dio en Tarragona, capital en la que el PP nacional y provincial decidió imponer como candidata a María Mercé Martorell, que había abandonado la formación en 2007, por divergencias con el hoy presidente del partido en Cataluña, Alejandro Fernández. Días más tarde sucedió algo parecido en Granollers, municipio en el que se impuso a José María Moya como número 1 de la lista, pasando por encima del líder de la formación en esta ciudad, Jaime Gelada. Esta decisión tuvo como consecuencia la dimisión en bloque de la dirección local del PP.
En Alella, la presidenta del partido, María José de Aguilar, también ha presentado recientemente su dimisión y se ha dado de baja como afiliada. El motivo ha sido la decisión de la dirección provincial, presidida por Manu Reyes, de convocar una asamblea para elegir una nueva presidenta sin que De Aguilar hubiera dimitido. La elegida ha sido Carmen Torres, que fue concejal del PP en Cabrils y que reside en Badalona. De Aguilar, finalmente, ha tomado la decisión de sumarse a las filas de Valents.
Con el brazo en alto y la bandera franquista
En esta dinámica sorprendente, llama la atención, por otro lado, que el PP esté prescindiendo de los fieles a Fernández para sustituirlos por miembros de Vox. Es el caso de Carlos Cortizo, que fue cabeza de lista de la formación de Santiago Abascal en El Prat de Llobregat y que ahora ha pasado a ser afiliado del PP en el distrito barcelonés de Nou Barris. Cortizo fue muy criticado en su día tras publicar medios antifascistas su fotografía posando con el brazo en alto y con una bandera española preconstitucional. Fue uno de los responsables de prensa de Vox a nivel provincial y participó en la campaña de Hazte Oír contra las «feminazis», según denunció en su día la entidad radical Antifa’09 El Prat.
No es el único miembro de Vox que podría acabar en el PP. Lo mismo puede suceder con el diputado autonómico Antonio Gallego, que se perfila como candidato de los populares en el Ayuntamiento de Santa Coloma. Lo cierto es que Gallego ocupó en el pasado cargos de relevancia en el PP catalán y llegó a ser diputado nacional con esta formación. Sin embargo, su retorno a la política se produjo de la mano de Vox, partido con el que llegó al Parlament. Pero el pasado mes de octubre Gallego anunció su baja de la formación verde y se quedó en la Cámara autonómica como diputado no adscrito, cargo que aún mantiene.
Fuentes del PP consultadas por elliberal.cat han apuntado que detrás de todos estos movimientos y de la crisis en la formación se encontraría la hoy eurodiputada Dolors Montserrat, a la que Feijóo querría al frente del partido en Cataluña. De ahí que, con el respaldo nacional, el comité electoral provincial, que preside la eurodiputada, estaría maniobrando para dejar fuera de juego a los líderes fieles a Alejandro Fernández y colocando a aquellos que cuentan con el respaldo de Montserrat. Una maniobra que podría estallarle en las manos al PP, que no ha dejado de perder apoyo ciudadano en Cataluña en los últimos años y cuyos votantes han encontrado en Vox una opción electoral en la que confiar.