Esta semana Núñez-Feijóo ha estado en Barcelona en la presentación del candidato popular a la alcaldía de la capital catalana, Daniel Sirera. El candidato municipal del PP no lo tiene fácil. Las últimas encuestas apenas le dan unas décimas por encima del 5% y dos concejales, los mismos obtenidos por José Bou. Dos razones explican los magros resultados populares en Barcelona a pesar de la ola de crecimiento en toda España del PP iniciada con la llegada a la presidencia popular de Nuñez-Feijóo.
La primera es que la candidatura popular apenas recoge voto del descalabro de Ciudadanos en contraposición a lo que ocurre en el resto de España. La segunda, causante en parte de la anterior, es que la candidatura de Xavier Trías, por su carácter conservador, además de capitalizar todo el voto independentista anti Colau por el apoyo de Ernest Maragall a la alcaldesa, ha sido bien recibida entre la burguesía catalana no independentista, votante del propio PP y de Manuel Valls en 2019. El salto de Junts de la cuarta posición de anteriores encuestas a la primera es muy significativo y sólo se explica en clave personal del candidato.
Ciudadanos pierde, según todas las encuestas, su representación municipal al no alcanzar el 5% de votos. El PP, por las razones expuestas, apenas se beneficie de los exvotantes de Ciudadanos, lo que contrasta con el resto de España. El voto perdido por Ciudadanos se va al PSC, Junts, Vox y Valents, por este orden, pero no al PP.
¿Qué estrategia seguir?
A la vista de la foto de las encuestas ¿hacia dónde debe orientar la campaña Sirera? Y, más allá de las municipales, ¿cuál debería ser la estrategia de Feijóo de cara a las generales?. Sirera parece que ya ha optado. Trata de atraer voto de Vox, Valents y Ciudadanos presentándose como la única opción del centro y la derecha constitucionalista que puede obtener representación en el Consistorio. Renuncia de facto a competir con el PSC y, de hecho, se ha ofrecido para hacerlo alcalde. Aunque confrontará con Trias denunciando su subordinación a Puigdemont y su gestión anterior, tiene una tarea difícil porque Trías representa la esperanza de desalojar a Colau y a la izquierda del gobierno municipal. Con ello se asegura buena parte del voto de centro y derecha, independentista o no. Las elecciones de Barcelona no se definen en clave independentista, sino entre derecha e izquierda. La izquierda se divide entre Collboni, Colau y Margall. Trias casi monopoliza el voto de derechas. Por ello tiene muchas opciones de quedar primero, pero pocas de gobernar.
El resultado esperable de la estrategia de Sirera , en el mejor de los casos, es llegar a obtener 3 o 4 concejales, unos números que salvarían los muebles a Sirera pero muy insuficientes para el PP de cara a las generales.
La estrategia de Feijóo de cara a las generales
Este verano Feijóo ya dejó clara su intención de empatizar más con Cataluña, convencido de que necesita un buen resultado aquí para llegar a la Moncloa y, si más no, hacerlo con las mínimas hipotecas con Vox. No va a ser tarea fácil. El PPC lleva mucho tiempo siendo marginal en Cataluña. EL ambiente que se respira en Madrid tras las modificaciones del Código Penal deja poco margen para la moderación y el cambio de discurso. La estrategia de Sirera de captar la mayor parte del núcleo duro del constitucionalismo en Cataluña, favorecida en las generales por el voto útil anti Sánchez, puede ser tentadora.
Pero deberá ir mucho más allá si quiere acercarse a los 11 diputados( 20,7%)obtenidos en 2011. Este jueves su propuesta de trabajar para que las empresas vuelvan a Cataluña va en la dirección correcta. Es una buena decisión obviar en lo posible los temas de confrontación y centrarse en propuestas concretas que beneficien al conjunto de los catalanes. El buen resultado de Trías que predicen las encuestas demuestra que en Cataluña el procés, estará o no acabado, pero lo que es innegable es que la mayoría de la población está harta de debates que no llevan a nada, al menos durante una buena temporada.
Las próximas generales, como ya ocurre con las municipales, no pivotarán sobre el eje independentista. Lo harán sobre la fiscalidad, la seguridad, la batalla cultural, en definitiva, sobre el modelo de sociedad. Pero para captar ese voto en toda su amplitud, el PP debe desembarazarse del estigma de ser un partido anti catalán. Debe atraer al catalanismo moderado.
En Cataluña, Feijóo ha levantado expectativas positivas. Su trayectoria en Galicia es bien valorada. De cara a las generales debe confirmar su sensibilidad y empatía con Cataluña. Un buen resultado del PP en Cataluña aseguraría el relevo de Sánchez y la posibilidad de condicionar el gobierno catalán en las próximas autonómicas. No es tarea imposible y el premio merece el esfuerzo.
