El PP ha decidido finalmente que será Daniel Sirera (Badalona, 1967) quien liderará su cartel electoral para las elecciones municipales de finales de mayo en el Ayuntamiento de Barcelona. Sirera ha sido diputado en el Parlament, senador, presidente del partido, concejal en el Consistorio de la capital catalana y miembro del Consell de l’Audiovisual de Catalunya. Tras un año trabajando con el PP de Valencia, Sirera retorna a su ciudad y lo hace con las ideas muy claras con respecto a lo que debe ser Barcelona. Una urbe que hoy destaca por la degradación y que, en opinión del candidato del PP, tiene que volver a mirar hacia sus propios ciudadanos y no hacia la ideología de quienes gobiernan.
Usted estaba desaparecido y reaparece como candidato del PP al Ayuntamiento de Barcelona. ¿Qué ha pasado?
Más que desaparecido, estaba haciendo otras cosas. Yo monté una agencia de comunicación cuando dejé la política activa y el PP me pidió entrar en el Consell Audiovisual de Catalunya y acepté. Allí estuve 10 años y luego el PP de Valencia me pidió ayuda para ganar las elecciones y me fui para allá. Después de un año, el partido necesitaba un candidato en Barcelona, alguien que conociera la ciudad y aquí estoy.
¿Cómo afronta esta nueva etapa a nivel personal?
A pesar de que pensaba que mi vida se desarrollaría ya en Valencia, mis hijos, mi madre y mi mujer aún estaban en Barcelona. Vuelvo a mi ciudad, sigo manteniendo el piso de alquiler que tenía y ahora puedo estar cerca de los míos aunque casi los veo menos ahora que cuando estaba en Valencia. Pero, al menos, los tengo ahí. La gente a veces piensa que los políticos no somos humanos y, evidentemente, no es cierto. A veces necesito un abrazo de mis hijos y ahora los tengo a tiro de piedra.
Las encuestas auguran que el PP se mantiene en el Ayuntamiento pero parece que no termina de arrancar de nuevo en Barcelona. ¿Por qué se ha llegado a esta situación?
Hay muchas circunstancias para explicar que estemos en una situación complicada. En el pasado, por circunstancias que no se pueden atribuir a nadie en concreto, quizá hubo gente que se ilusionó con otros partidos que defendían lo mismo que nosotros pero de otra manera. O, incluso, hubo gente que se enfadó con nosotros porque entendieron que no defendíamos las cosas que les interesaban y se fueron a otras formaciones. Pero yo creo que el PP ha vuelto y que ahora mismo todas las encuestas dicen que este partido es la única fuerza constitucionalista que entra en el Ayuntamiento de Barcelona. Por eso me estoy dirigiendo a todas esas personas que en el pasado apostaron por otras formaciones políticas y ahora ven que solo el PP puede ser una voz diferente. A ellos mes dirijo para que entre todos podamos hacer un PP fuerte, constitucionalista, que plante cara a la izquierda y a los independentistas.
No vamos a llegar a acuerdos para que alguien pueda tener un puesto en la lista. No es mi estilo
Daniel Sirera
Valents pide desde hace meses unidad constitucionalista en Barcelona. ¿Qué le parece?
Yo estoy abierto a que todo el que quiera defender la Constitución lo haga. Yo llevo 37 años haciéndolo. Nuestro partido lleva muchos años defendiendo la Constitución y hemos tenido compañeros que han sido asesinados a manos de ETA en Cataluña por esto. Así que nosotros vamos a seguir haciendo lo que siempre hemos hecho. Y abrimos las puertas de par en par a todo el que quiera venir a nuestro partido. Pero lo que yo no voy a hacer es mercadear con los puestos en las listas. No vamos a llegar a acuerdos para que alguien pueda tener un puesto en la lista. No es mi estilo. Hay formaciones a las que las encuestas les dicen que no van a salir y lo lógico sería que nos votaran a nosotros que sí tendremos representación.
Y más en una Cataluña donde la lucha no es entre izquierda y derecha sino entre constitucionalistas y separatistas.
Es que en Barcelona lo que pasa es que tenemos dos partidos de izquierda, Ada Colau (En Comú-Podem) y Jaume Collboni (PSC), que han estado gobernando y han convertido la ciudad en el desastre que es. Al otro lado tenemos a Xavier Trias (Junts) y Ernest Maragall (ERC), que pretenden poner Barcelona al servicio de la causa independentista. Yo me dirijo incluso a votantes socialistas que no están de acuerdo con el PSC y a los de la antigua CiU que no comparten las ideas de Junts.
El retorno de Trias ha generado mucha expectación. Si el PP fuera decisivo para que el candidato de Junts gobernara, ¿pactarían con él?
Trias es un dirigente político que ha cambiado mucho en los últimos años. Antes no era independentista y ahora dice que lo es. Su jefe de campaña se llama Carles Puigdemont y él obedece lo que le dice. El jueves hubo una cumbre hispano-francesa en Barcelona y el partido de Trias se manifestó en contra y han dicho que en España hay represión y que no es un país democrática. Trias no ha dicho nada, no ha dicho que esto perjudica a Barcelona. Es decir, ha antepuesto los intereses de su partido y de Puigdemont a los de los ciudadanos de Barcelona. Por lo tanto, es imposible apoyar a este Xavier Trias.
Creo que Ada Colau vive en una burbuja en la que se transporta de su despacho a casa
Daniel Sirera
Si usted se encontrara en una situación como la de Manuel Valls, que prefirió aupar a Colau antes que permitir que gobernaran los independentistas, ¿cómo actuaría?
Yo no voy a elegir entre susto o muerte. Yo no puedo apoyar a Colau como hicieron Valls y la líder de Valents. Yo solo puedo apoyar a un candidato sensato que se llama Daniel Sirera.
La inseguridad no deja de crecer en Barcelona. ¿Qué se puede hacer ante esta situación?
Hay que dejar claro que Barcelona tiene que ser una ciudad intolerante con los delincuentes. Para esto hay que cubrir el déficit de 2.000 agentes de la Policía Local que faltan. Y exigirle a la Generalitat que incorpore los 3.000 mossos que faltan en Barcelona. Tampoco puede ser que cuando un policía tiene un problema, el Ayuntamiento, entre apoyar al delincuente o al agente, apoya siempre al delincuente. Además, debemos pedir a los independentistas que dejen de tomar la calle. Las imágenes que se ven de Barcelona en el mundo son de gente que impunemente quema coches, lanza vallas contra la policía, rompe mobiliario urbano y no pasa nada. El mensaje que se lanza al mundo entero es que es una ciudad para la delincuencia. Provoca un efecto llamada que hay que parar de manera determinante. Y le aseguro que, cuando sea alcalde, esta será una de mis prioridades.
Otro de los problemas que molesta especialmente a los ciudadanos es el de la falta de limpieza. ¿Cómo se ha podido llegar a tal situación de degradación?
Es incomprensible. Yo creo que Ada Colau vive en una burbuja en la que se transporta de su despacho a casa. La ciudad está en un estado salvaje. Delante de la sede de nuestro partido hay un colchón tirado desde hace varios días y nadie pasa a recogerlo. No se limpian los imbornales. Los pasos de peatones están llenos de hojas. Barcelona se ha degradado muchísimo y es muy preocupante. Si Colau va por la calle, lo ve y no hace nada, es muy irresponsable. Y, si no va por la calle, también lo es. Tenemos un Ayuntamiento que se ha olvidado de la gente. Ahora mismo están las calles llenas de hojas y no se retiran a pesar de que hacen que la gente resbale y pueda caer.
El afán recaudatorio del gobierno de Colau y el PSC es superlativo y recaudan para dar dinero al Sindicato de Manteros o para perseguir el castellano
Daniel Sirera
La movilidad también es complicada.
Exacto. Quienes conducimos en Barcelona, tenemos ahora mismo la sensación de que somos delincuentes. Ahora con la excusa de pacificar las zonas escolares, han puesto radares. Pero están operativos las 24 horas y toda la semana porque el afán recaudatorio de este gobierno es superlativo. Recaudan dinero para cosas como dar subvenciones al Sindicato de Manteros. En 2022, Barcelona dio 2,5 millones de euros en ayudas para la hostelería pero recauda para darle 37 millones de euros a un plan para perseguir el castellano en la ciudad. Podemos y el PSC se van a gastar 37 millones para crear una policía lingüística municipal y perseguir el uso del castellano en la ciudad. Es el colmo.
Un ataque frontal a la libertad de los ciudadanos.
Totalmente. Mire, en Barcelona hay colas salvajes en los comedores sociales de Cáritas y organizaciones similares y no puedo entender que el Ayuntamiento se gaste 37 millones de euros en perseguir el castellano mientras tiene esto así. Hay un edificio del Ayuntamiento en el que viven personas mayores y han estado dos meses, diciembre y enero, sin agua caliente ni calefacción. Necesitamos un gobierno que tenga claro que su prioridad es resolver los problemas de la gente, no su ideología política. Los políticos nos debemos a los ciudadanos, no a los partidos.
¿Hay despilfarro en el Ayuntamiento de Barcelona?
Totalmente. Llegan fondos europeos que no se sabe a qué se destinan pero vemos que cambian aceras que están bien o contenedores que no tienen problemas. Hay demasiados asesores. Creo que quienes gobiernan Barcelona creen que el dinero público no es de nadie y este dinero es de la gente, que paga unos impuestos para recibir unos servicios. Yo no digo que no haya que pagar impuestos pero, cuando los pagas, esperas tener unos servicios razonables. Aquí pagamos impuestos para tener una ciudad sucia, con problemas de movilidad, en la que los okupas hacen lo que les da la gana… Barcelona se ha convertido en una ciudad incómoda, desagradable y antipática.
Necesitamos un gobierno que tenga claro que su prioridad es resolver los problemas de la gente
Daniel Sirera
Con respecto a la lengua, ¿cuál es la postura del PP de Barcelona?
El Ayuntamiento tiene que tener la misma postura que la gente de la calle, que es bilingüe y utiliza ambas lenguas sin problemas. El Ayuntamiento no puede forzar a la gente a utilizar una lengua. Tenemos dos, catalán y castellano, y la gente tiene que poder utilizarlas con total normalidad. Aquí vemos carteles informativos publicados en varios idiomas, excepto en castellano. Este ayuntamiento solo utiliza el castellano cuando hay elecciones. El resto del tiempo está en permanente cruzada contra el castellano y esto no puede ser.
Falta de vivienda, alquiler disparado y todo bajo el gobierno de una persona que llegó a la política gracias a los desahuciados.
Es verdad que Barcelona tiene dificultades para crecer porque está limitada por el mar, dos ríos y el Tibidabo pero hay que hacer algo. La ciudad tiene terrenos que podría dedicarse a la construcción de vivienda pública. Hay muchas viviendas cerradas y el Ayuntamiento debería incentivar a sus propietarios para que las saquen al mercado del alquiler. No multarles, sino incentivarles. Cuanta más oferta haya, más fácil será que el precio baje. Es una necesidad que tenemos en la ciudad. Y no puede ser que, si quieres vivir en Barcelona, tengas que irte al área metropolitana. Tenemos que seguir teniendo derecho a vivir en nuestra ciudad.
El Gobierno de Colau ha demonizado siempre el turismo aunque tras la pandemia ha hecho algún gesto en favor de la industria. ¿Qué propone el PP?
Barcelona o es turística o no será. Es decir, necesita el turismo con el pan que comemos. Tenemos que poner alfombra roja y banda de música a los turistas que nos visitan. Tenemos que permitir que se abran los hoteles que la gente quiera abrir. Cada uno con su dinero debe arriesgarse en el negocio que quiera. Estos turistas vienen a Barcelona a consumir, a gastar, a crear riqueza. Necesitamos seguridad también. Por otro lado, yo veo a mucha gente que dice que no quiere turistas y que les da igual porque ellos no viven del turismo. Me quedo perplejo ante este razonamiento porque los turistas gastan dinero en la ciudad y esto beneficia a casi todos los sectores. Esa mentalidad es cerrada y obtusa y, además, ese razonamiento es mentira. Si un camarero gana un sueldo en un hotel o un restaurante, luego lo gastará en otros servicios o productos dentro de la ciudad. Esto es de sentido común pero, desde la izquierda, se practica una turismofobia absurda. Les gustaría que Barcelona fuera una ciudad pequeña en la que solo estemos nosotros.
Barcelona es turística o no será. Tenemos que poner alfombra roja y banda de música a los turistas que nos visitan
Daniel Sirera
¿Ha arrasado el procés Barcelona?
Sí. Muchas empresas se han ido y mucha gente también. Las empresas que buscan donde invertir, si se fijan en Barcelona, lo descartan cuando ven lo que ha pasado en los últimos años con las protestas de los independentistas y que no tienen ninguna consecuencia. Prefieren irse a Madrid o Málaga. Y a esto hay que sumar las trabas administrativas que pone el Ayuntamiento para estas inversiones. Yo hablaba el otro día con una persona que lleva ocho meses esperando un permiso para ampliar su restaurante. Esto es lo que tenemos en la ciudad. En el Eixample han limitado la capacidad de abrir nuevos locales y bares. Cuando tú viajas y vas a lugares como Madrid, Zaragoza o Valencia, ves que la gente vive en la calle y disfruta de la vida y creo que Barcelona debería aprender un poco de eso.
Hay cierta persecución del ocio nocturno.
Pretenden imponer su modo de vida a los demás y que la gente vaya en bicicleta, que vaya a unos determinados sitios… Esto ya sucedía cuando Trias era alcalde. Yo vivo en Barcelona, pido un crédito o tengo ahorros para abrir una tienda de venta de vinos, ¿quién es el Ayuntamiento para decirme que no? En Barcelona se nos quita esa libertad. Se impide crear trabajo y riqueza, se ponen trabas a que la gente haga cosas. Y, claro, al final mucha gente decide irse. Yo quiero que la gente se quede en Barcelona y que prospere en esta ciudad porque nos irá a todos mejor.
