No es ningún secreto que el Parlamento Europeo, por lo que respecta a España, se muestra más cercana al espíritu conciliador del constitucionalimo que al talante disruptivo del separatismo. Recordemos, si no, que en 2014 la Eurocámara concedió el Premio Sajarov a la primera entidad constitucionalista, Sociedad Civil Catalana, mientras que con entidades como Òmnium Cultural y Assemblea Nacional Catalana siempre se ha mostrado mucho más distante. Una nueva prueba de esta asimetría en el trato es que la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, acaba de recibir al récien elegido candidato del Partido Popular a la alcaldía de Barcelona, Daniel Sirera, lo que ha provocado la indignación del prófugo Carles Puigdemont, que se siente menospreciado por la institución.
Así, Puigdemont ha mostrado su indignación por el encuentro entre Metsola y Sirera tras «haber rechazado todas nuestras peticiones de reunión». «No nos ha recibido ni una vez, aunque somos representantes legítimos de los ciudadanos europeos y que tuvimos más de un millón de votos», ha criticado. «Desde Qatargate y Moroccogate hasta prácticas partidistas, la presidencia del Parlamento Europeo está degradando la institución a una velocidad récord», ha agregado Puigdemont.
Por el contrario, Sirera ha mostrado su agradecimiento por el hecho de que una figura de la relevancia Metsola, a la que se ha referido como «una gran amiga de la ciudad de Barcelona», no haya dudado en mantener una reunión con él. «Quiero que Barcelona sea una capital europea reconocida por su potencial económico, seguridad y un destino preferido para el turismo. Hay mucho trabajo por hacer», ha expresado Sirera en su cuenta de Twitter junto a una fotografía del encuentro mantenido por ambos.