El Institut Cerdà ha presentado este lunes en la Ciutat de l’Aigua, en Barcelona, la segunda edición del Observatorio de riesgos para las empresas en España. En esta segunda edición, el Observatorio de riesgos del Institut Cerdà ha identificado para 2023 riesgos que se agrupan en seis ámbitos: recursos, económico, institucional, medioambiental, social y tecnológico. De todos ellos, destaca que la empresas deberán de gestionar con urgencia la crisis de suministros, tanto a nivel energético como de materias primas.
El Observatorio de riesgos impulsado por el Institut Cerdà es el primer informe de riesgos adaptado a la realidad española y busca trasladar al contexto nacional, y con el foco puesto en el ámbito empresarial, las tendencias y eventos que se constatan a nivel internacional. Por eso el observatorio ha analizado el contexto desde una perspectiva mundial, ajustando los riesgos al ámbito español e identificando los impactos que estos riesgos pueden tener para las empresas, especialmente en el campo de las inversiones, organización y personas, reputación, operaciones, cadena de suministros, instalaciones y competitividad.
Además, para la elaboración de esta segunda edición del Observatorio, el Institut Cerdà ha consultado y contrastado la identificación y descripción de los diferentes riesgos con más de 50 expertos de los ámbitos social, económico, tecnológico y medioambiental, tanto de instituciones públicas como del mundo empresarial y social. El objetivo principal del Observatorio es el de ser una herramienta útil y de reflexión para la toma de decisiones de las empresas, que les ayude a complementar sus propios mapas y estrategias de gestión de riesgos y que, a la vez, propicie el intercambio de información y debate entre empresas en un campo tan sensible como es el de la detección de riesgos, como un primer paso para su prevención y gestión.
Según Salvador Alemany, president de la fundación privada Institut Cerdà: «La resiliencia de las empresas comienza con el conocimiento de los riesgos que representan una amenaza para nuestro entorno y nuestras organizaciones. Su conocimiento nos ha de permitir gestionar mejor la toma de decisiones, a pesar de la incertidumbre a largo plazo y, como ha pasado, de riesgos y amenazas sobrevenidos».
De los 31 riesgos identificados, el Institut Cerdà subraya en su informe los 10 de mayor relevancia en función de tres criterios fundamentales:
1.- La singularidad: persistencia de la inflación, incremento de las tensiones bilaterales entre países y descarbonización acelerada de la economía.
2.- La necesidad urgente de actuar con una visión de planificación a corto, medio y largo plazo: falta de seguridad y accesibilidad energética, escasez de materias primas y desajuste entre la oferta y la demanda laboral.
3.- La previsión de aceleración de aquellos riesgos que vienen evolucionando de años anteriores: desigualdad y fractura social, fenómenos meteorológicos extremos, ciberataques y desorden informativo.
Riesgos por ámbitos
Como se ha señalado, los riesgos identificados por el Observatorio se han agrupado en seis grades ámbitos: de recursos, económico, institucional, medioambiental, social y tecnológico. El ámbito de «recursos» constituye una novedad de esta segunda edición. Atendiendo al análisis del contexto, se ha considerado oportuno separar los riesgos vinculados a la gestión de recursos y las cadenas de suministros y distribución de las empresas de los riesgos del ámbito económico y establecer una nueva categoría. En una economía global y con una interacción entre cadenas de suministros diferentes compitiendo por los mismos productos, de este ámbito destacan la escasez y competencia por materias primas básicas. Igualmente, la falta de seguridad y de garantía de suministro energético a nivel mundial y europeo se está trasladando a España, incidiendo en una gran volatilidad del precio con una repercusión directa en los beneficios empresariales y en la economía de las familias.
En el ámbito «económico«, destacan la persistencia de la inflación y sus implicaciones negativas en los costes empresariales, la capacidad de financiación o el deterioro de los márgenes e, indirectamente, para el descenso del consumo por la menor capacidad de gasto de las familias. En este contexto, toma especial relevancia la gestión del proceso de descarbonización acelerado, excesivamente voluntarista, alejado de la realidad económica y social del país.
En el ámbito «institucional«, en los últimos tres años hemos visto la elevada sensibilidad que tienen las empresas en las tensiones derivadas de las relaciones bilaterales entre estados. En 2023, las empuras estarán expuestas no solo a las consecuencias de la guerra entre Ucrania y Rusia, sino a otras relaciones clave a nivel mundial, como pueden ser las relaciones China-Estados Unidos o el conjunto de la UE-Rusia.
En el ámbito «medioambiental«, destacan las consecuencias derivadas del cambio climático y la acentuación de los fenómenos meteorológicos extremos y sus consecuencias en la interrupción de la actividad económica y la sociedad, las personas y el medio ambiente. En el caso español, los riesgos no solo estarán vinculados a fenómenos meteorológicos puntuales sino a fenómenos persistentes, como pueden ser los efectos derivados de la sequía.
En el ámbito «social«, la salida de la pandemia y la volatilidad económica están teniendo una incidencia directa en las familias, tanto desde el punto de vista económico como personal. e este sentido, se ha de destacar el crecimiento de las desigualdades y la vulnerabilidad social, a las que se ha de añadir un otro problema endémico en España como es la falta de encaje entre la oferta y la demanda en el mercado laboral.
Finalmente, en el ámbito tecnológico, los ciberataques continúan siendo uno de los principales riesgos para todas las empresas e instituciones. Se ha validado como cierto el axioma de que la cuestión no es si una empresa será o no atacada sino cuándo pasará. La gestión de la información, tanto a nivel general como particular de cada empresa, se está viendo afectada por el creciente desorden informativo en lo referente a la propia veracidad de la información, el momento en que esta se da y en qué contexto.
Nuevos riesgos
La segunda edición del Observatorio de riesgos para las empresas del Institut Cerdà advierte igualmente sobre nuevos riesgos emergentes, entre los que destaca:
- La gran dependencia del transporte de mercancías por carretera en España, con una asignatura pendiente como es la mejora del transporte ferroviario de mercancías y su incidencia directa en la competitividad de la empresa española.
- El incremento del proteccionismo de los gobiernos a nivel mundial derivado de la volatilidad económica y el incremento de las barreras comerciales. A nivel mundial, en los últimos cinco años se han implementado cinco medidas proteccionistas por cada medida liberalizadora.
- La incidencia de la inestabilidad de las economías emergentes y la exposición de las empresas españolas a la evolución de su entorno económico, social y regulador.
- La pérdida de patrimonio natural y biodiversidad derivada de las consecuencias del cambio climático.
- El desgaste del bienestar físico y mental de las personas, después de dos años marcados por la gestión y el control de la pandemia y agudizada por la incertidumbre económica y social.
- La incidencia de la precarización de la ocupación, tanto a nivel de la persona como en la propia cohesión de la unidad familiar.
Más allá de la singularidad e incidencia de la postpandemia y de las consecuencias de la guerra de Ucrania, los riesgos se están caracterizando por la necesidad de gestionar su simultaneidad. De esta manera, se ha pasado de una gestión marcada fundamentalmente por la identificación de un riesgo y la definición de su correspondiente plan de gestión a una superposición de riesgos que pone a prueba la capacidad de gestión de crisis d ellas organizaciones en un entorno volátil y complejo.
La presentación de la segunda edición del Observatorio de riesgos para las empresas en España ha sido clausurada por el conseller de Empresa y Trabajo de la Generalitat de Cataluña, Roger Torrent, y ha contado con la presencia del presidente del Institut Cerdà, Salvador Alemany, y del director general de la Fundación, Carles Cabrera, que ha explicado el contenido del informe.
En la bienvenida al acto, Narcís Berberana, CEO de Agbar Catalunya, ha alertado en su intervención de la «preocupante situación de sequía que vive Cataluña y la zona mediterránea en particular. La escasez hídrica ya no constituye un riesgo sino una realidad que hemos de afrontar, como demuestra que la Agencia Catalana de l’Aigua haya decretado en noviembre el estado de alerta por sequía en el área metropolitana de Barcelona. Por eso, desde la compañía apostamos por la economía circular como base de la solución y creemos que la reutilización de las aguas regeneradas es la mejor solución para mejorar la resiliencia hídrica».
Después, Rubén Ruiz, director general de Aigües de Barcelona; Pere Torres, director general de la ATM; Roger Serrat, director del Sistema de Distribución de Nedgia, y Jesús Soler, Risk Manager de SEAT, han participado en la mesa redonda sobre los riesgos que más preocupan a las empresas. Elisabet Viladomiu, directoria de Resiliencia del Institut Cerdà, ha hecho de moderadora.
Rubén Ruiz ha remarcado que «la emergencia climática como la escasez hídrica constituyen ya un problema estructural que hemos de afrontar con soluciones rápidas y ágiles. Por este motivo, desde Aigües de Barcelona apostamos desde hace años por la reutilización de las aguas regeneradas para dar una nueva vida al agua y, a la vez, garantizar la resiliencia y la sostenibilidad de los ecosistemas (ríos y acuíferos) y el suministro de agua. Eso permitiría que esta sea la última sequía en términos de reservas y consumo de agua, porque estaríamos desvinculando el consumo de agua de la necesidad que tenemos hoy».
El Observatorio de riesgos es una aportación del Servei de Suport a la Gestión de Crisis i Resiliència (SSgC) del Institut Cerdà, iniciativa en la que participan, desde hace más de 12 años, nueve grandes empresas españolas. Con esta iniciativa, el Institut Cerdà quiere ayudar a las empresas a estar mejor preparadas para gestionar crisis, aportando nuevo conocimiento, propiciando el intercambio de experiencia y lecciones aprendidas, contribuyendo al desarrollo de sus propias capacidades y promoviendo un marco estable y permanente de colaboración, contribuyendo, en definitiva, a avanzar en su cultura de resiliencia.