Durante los años más agitados del procés, las encuestas mostraban una lectura divergente sobre la fractura social originada por éste. Así, mientras los catalanes constitucionalistas afirmaban que la sociedad estaba rota y que no podían hablar con normalidad de política, los separatistas negaban tajantemente que existiese fractura alguna. Hoy, las visiones sobre el problema nacionalista en Cataluña siguen siendo dispares. Al menos, entre el Ejecutivo y sus socios secesionistas. Y es que, mientras ERC asegura que el «conflicto» sigue más vivo que nunca y ya piensa en instalar en la agenda el derecho de autodeterminación, el discurso del Ejecutivo de Sánchez es que el «conflicto catalán está resuelto» y que la convivencia se ha recuperado por completo.
Esto último es lo que ha asegurado la portavoz del Gobierno y ministra de Política Territorial Isabel Rodríguez, que, al ser preguntado por el desplante que supone que Esquerra Republicana vaya a participar en el boicot a la Cumbre Hispano-francesa de la próxima semana, ha defendido que «hoy la convivencia en Cataluña no tiene nada que ver con la situación en 2017, hoy Cataluña ha ganado en convivencia». En este sentido, ha señalado «que se han recuperado las relaciones personales rotas por el conflicto, lo cual no hubiera sido posible si no se hubiera restablecido la convivencia» gracias a la acción del Ejecutivo. En cuanto a la mencionada presencia de ERC en la manifestación contra la cumbre —en la que, por otra parte, participará el president Aragonés— Rodríguez ha alegado que «cada uno tiene derecho a defender sus posiciones políticas».