Las redes sociales no solo permiten que los clientes de un comercio protesten públicamente por el servicio recibido, sino también que los dueños pongan en tela de juicio los argumentos del consumidor. Es lo que le ha ocurrido al diputado de Junts per Catalunya, Jaume Alonso-Cuevillas, que ha sido acusado por el dueño de un restaurante de tratar de irse sin pagar. La querella empezó con un tuit de Cuevillas —posteriormente borrado— en el que criticaba el mal servicio recibido por un restaurante en Gerona: «Comida hoy en restaurante Mimolet de Gerona. Calidad excepcional. Precio desproporcionado. Atención muy mejorable».
La cosa no quedó ahí, pues el jefe de Sala del restaurante, Alvaro Ureña, replicó en la misma red social: «Entiendo que después de una botella de vino tu solo y de querer marcharte sin pagarla, te han entrado ganas de dejarnos por tierra y has escrito este tuit». Y agregó: «Yo no diré nada al respecto sobre tu persona, la gran mayoría de seguidores que tienes saben lo prepotente que eres». «No vuelvas. Nunca», sentenció Ureña.
Poco después, Ureña respondía así a un usuario que defendía a Cuevillas: «No hemos tenido un mal día, sino un mal cliente. Uno que no quería pagar, que hablaba con prepotencia y que ha faltado al respeto a una compañera». «Este cliente», aclaró, «no es nadie, es un cliente más. Quería esclavos a su servicio y no los ha tenido».