La izquierda, más menos populista, se ha convertido en el peón de las grandes compañías globalistas. Son sus aliados en dividir las sociedades occidentales entre hombres y mujeres, homosexuales y heteros, blancos y el resto de razas, en sustituir a los padres por el Estado en la educación de los hijos. El objetivo de las grandes compañías es debilitar el poder de las naciones , fragmentándolas en colectivos enfrentados. El de la izquierda buscar caladeros de votos, una vez que la confrontación entre obreros y burgueses que marco el siglo XX ha pasado a mejor vida.
La alianza entre izquierdistas y grandes multinacionales ha tenido su máxima expresión en las grandes redes sociales que se han convertido en el brazo armado de la nueva religión oficial: la ideología del despertar. Cualquier disidencia se convierte en fake news, lo que justifica la censura de quiénes antes siempre habían defendido la liberta de expresión y de discrepar.
Elon Musk es ahora el enemigo público número 1 de la corrección política, de los ‘progres’ de un lado y otro del Atlántico
Sin embargo la adquisición de Twitter por Elon Musk y su política de libertad de expresión -las calumnias , amenazas, ya tienen su regulación legal en los códigos penales- ha irritado profundamente a los inquisidores. Elon Musk es, ahora, el enemigo público número 1 de la corrección política, de los progres de un lado y otro del Atlántico. Mientras Musk es denostado por los despidos en su red social, los despidos de Amazon o Meta pasan desapercibidos.
Los medios de comunicación, cada vez más dependientes del dinero público jalean, en su mayoría, la persecución del incorrecto.
El Estado lo ocupa todo, las clases medias molestan y se ven reducidas cada día. La libertad individual es una amenaza
Si el marxismo contenía el germen de la dictadura del proletariado, la nueva religión de las identidades colectivas, como todas, lleva implícita la inquisición y la censura. Y es que cuando te crees que tienes la razón, y los que no piensan igual son los malos, o no te lo crees pero te conviene hacerlo para conservar el poder, tienes la coartada perfecta para las cruzadas ideológicas y para silenciar a los disidentes.
La socialdemocracia y la democracia cristiana, agentes democratizadores en la segunda mitad del siglo XX, han sido aniquiladas. La izquierda en su totalidad se ha convertido en estatalista. El estado lo ocupa todo, las clases medias molestan y se ven reducidas cada día. La libertad individual es una amenaza. En este contexto el éxito de Elon Musk, al margen de la opinión personal sobre el personaje, sería una buena noticia para la libertad individual y un freno a los excesos de la religión “ woke” y las tendencias autoritarias y estatalistas que pretenden imponernos.