La derogación del delito de sedición y su sustitución por el nuevo tipo penal de desórdenes públicos no ha sido del agrado del separatismo más radical. Y, así, la Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha convocado una manifestación para el próximo 6 de diciembre. Una protesta que tendrá como escenario el Pla de Palau en la misma jornada en la que los constitucionalistas catalanes celebrarán las habituales concentraciones para conmemorar la aprobación de la Constitución de 1978.
En su perfil de Twitter, la ANC ha dado a conocer los motivos por los que ha organizado esta protesta. En primer lugar, consideran que las penas mínimas por el delito de desórdenes públicos serán fijadas en tres años. Además, «se facilita el ingreso en prisión cuando el delito sea causado por una multitud». A esto suman que «solo con intimidación, será suficiente para ser condenado». A juicio de la ANC, la intimidación es «un concepto de libre y subjetiva interpretación de la policía, del fiscal y del juez y abre la puerta a más arbitrariedades».
Nuevo pulso a ERC
La ANC, presidida ahora por Dolors Feliu, se suma así a la tesis de Junts de que la derogación de la sedición acordada entre el PSOE y ERC es en realidad algo que afectará de forma muy negativa a Carles Puigdemont y al sector más ultra del separatismo. La Assemblea, además, mantiene su particular pulso con los republicanos y con Pere Aragonés, al que ya amenazaron en la última Diada con configurar una candidatura propia para las próximas elecciones autonómicas. La plataforma, además, es totalmente consciente de que su exigencia de que la ruptura con España sea una realidad en 2023 es una utopía.
Con esta protesta, la ANC intenta retomar el liderazgo del independentismo, cada vez más dividido entre quienes apuestan por una salida hacia delante con la recuperación de la declaración unilateral de independencia y los que, como ERC, consideran que es necesario «ampliar la base» y, mientras tanto, mantener la estrategia de Pujol del peix al cove.