La advertencia de la Unión Europea a la Generalitat de que debe cumplir las sentencias judiciales que establecen que al menos el 25% de las clases en Cataluña deben ser en castellano es reconocida hasta por el propio separatismo. Así, después de que el comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, alertase al presidente de la Generalitat, Pere aragonès por el incumplimiento de la ley en materia lingüística en la región, el eurodiputado de Junts per Catalunya, Toni Comín, ha admitido dicha advertencia para dejar en evidencia a sus exsocios de Esquerra Republicana.
«No se puede dejar la portería vacía de esta forma. Ir a Bruselas y que al final sirva para que el comisario marque un gol de esta magnitud y que lo que pase sea un toque de atención del Ejecutivo europeo al Ejecutivo catalán para que aplique una sentencia que no tiene que aplicar», señaló ayer Comín en una rueda de prensa. «Ya le aseguro que, comunicativamente, el resultado de este encuentro con el comisario Reynders, si hubiera dependido de JxCat, hubiera sido muy diferente», apostilló.
Estas declaraciones chocan con el discurso tradicionalmente defendido por el secesionismo, según el cual la exclusión del castellano en la Escola Catalana es un sistema avalado internacionalmente.