El escándalo del caso Dalmases se torna más grave cada día que pasa. Primero, el diputado neoconvergente fue denunciado por hostigar a una periodista de TV3 tras una entrevista a la expresidenta del Parlament, Laura Borràs, de la que éste es la mano derecha. Al parecer, la periodista no había respetado en su cuestionario el pacto previo presuntamente alcanzado con Dalmases. Ahora, El Confidencial desvela que el controvertido político —de cuyos malos modos también han dado cuenta otros diputados— que habría ejercido presiones para recibir subvenciones.
Según una información de este rotativo, los técnicos de la Diputación de Barcelona redactaban informes contrarios a la concesión de ayudas públicas por falta de justificaciones hacia las entidades Igman y Fundación Catmon, ambas controladas por Dalmases. Sin embargo, el jefe de Relaciones Internacionales, Jordi Castells, con quien Dalmases mantenía una relación fluida, cambiaba los escritos o presionaba a los técnicos con amenazas, según han declarado varios funcionarios, para que las ayudas se destinasen a las citadas Igman y Catmón. Según se evidencia en las diligencias del Juzgado de Instrucción Número 1 de Barcelona, dirigido por el juez Joaquín Aguirre, los desvíos se habrían venido produciendo desde 2011.