El caso Dalmases está abriendo una brecha cada vez más insostenible en el seno de Junts per Catalunya. Como ha contado ElLiberal.cat, la abogada y afiliada neoconvergente Maga Oranich elaboró un informe sobre la trifulca el pasado verano entre el diputado Francesc de Dalmases y la subdirectora del FAQS de TV3, Mònica Hernández. El motivo fue que Dalmases había pactado las preguntas y el programa no lo respetó. Todo ello ha desembocado en una guerra abierta entre el sector radical del partido encabezado por Laura Borràs, que ha cargado contra el informe, y uno más moderado representado por Jordi Turull. Cabe recordar que Dalmases es una persona de la máxima confianza de Borràs, que ha interpretado el informe como un ataque contra ella.
Este conflicto explotó con toda su crudeza en la reunión de la Ejecutiva extraordinaria del martes, donde se aceptó la dimisión de Dalmases y dos diputadas de Junts denunciaron el trato habían recibido de él. Según cuenta El Nacional, el enojo de Borràs fue tal que el responsable de Comunicación se vio obligado a bajar las persianas para amortiguar los gritos proferidos el interior de la sala. Y en la reunión de ayer, donde debía abordarse el conflicto y a la que faltaron Borràs y Dalmases, se cuenta que arrecieron las criticas contra el sector duro.
Borràs pierde uno de sus principales apoyos
A nadie le pasa inadvertido que la caída de Dalmases deja a Borràs sin uno de sus apoyos clave. De momento, el primero conserva su escaño pero queda fuera del núcleo de decisiones. Sin embargo, cuadros de Junts están impulsando una resolución en el Consell Nacional previsto para el 19 de noviembre para obligar a Dalmases a renunciar a su escaño. El cisma es de tales dimensiones que algunas voces no descartan que el sector radical haga caso a la ANC y concurra con ellos en una lista cívica en las próximas elecciones.