El presidente del Govern, Pere Aragonés, ha podido comprobar este miércoles que los casi tres años que aún le quedan de legislatura van a ser de todo menos fáciles. El republicano ha aprovechado la sesión plenaria del Parlament para dar a conocer a los nuevos consellers, nombrados tras la ruptura con Junts. Pero lo que ha recibido ha sido la demostración de que ningún grupo está en estos momentos dispuesto a sostener un Ejecutivo que cuenta con tan solo 33 diputados en la Cámara autonómica.
A pesar de todo, Aragonés ha asegurado que no tiene previsto convocar elecciones y que piensa gobernar «negociando» y formalizando acuerdos con el resto de grupos «medida a medida y proyecto a proyecto» y «no convocando una campaña electoral».
Illa: «Es el Govern más débil de la historia de Cataluña»
De poco le han servido a Aragonés las buenas intenciones ante un Parlament en el que los grupos, de momento, no parecen dispuestos a ponérselo fácil. El jefe de la oposición, el socialista Salvador Illa, se ha referido al equipo del republicano como «el Govern más débil de la historia de Cataluña». Le ha exigido «sentido común», resolver los problemas de los ciudadanos y «poner orden en la política catalana y en la sociedad».
Junts le recuerda que no tiene el respaldo de la Cámara
Más duro ha sido el discurso del presidente de Junts en la Cámara, Albert Batet. El posconvergente ha asegurado que el Govern es «débil» y que no tiene la «confianza» del Parlament. También le ha recordado a Aragonés que «la razón de ser» de su investidura, la independencia, «ya no tiene sentido». Y le ha advertido de que Junts, sus anteriores socios de gobierno, serán «exigentes y propositivos en la defensa de la solvencia y de la independencia».
Garriga exige elecciones
Por parte de Vox, tercer grupo del Parlament, Ignacio Garriga ha exigido al presidente la convocatoria de elecciones. Garriga ha acusado a Aragonés de «fanatismo ideológico», de «despilfarro sistemático de fondos públicos» y de fomentar unas «políticas migratorias suicidas».
La oferta de Cs al PSC
Muy crítico ha sido también el portavoz de Ciudadanos, Carlos Carrizosa, pero este ha preferido poner sobre la mesa una oferta dirigida al PSC de Salvador Illa con el fin de presentar una «moción de censura» contra Pere Aragonés. Algo que debería servir para, entre otras cosas, garantizar el 25% de español en las aulas catalanas y «dejar atrás el procés».
A la búsqueda de un nuevo pacto
Hasta el Parlament ha llevado la portavoz de En Comú-Podem, Jessica Albiach, parte de su programa electoral, en un nuevo intento de convencer a Aragonés de alcanzar un acuerdo que permita a los comunes entrar en el Govern. Albiach ha asegurado que «los actos de fe se quedan en la iglesia» y que en el Parlament es necesario «dialogar, convencer y negociar».
La CUP, finalmente, se ha presentado ante la Cámara como un «dique de contención» frente a la gestión de Pere Aragonés. Los cupaires, que también han retirado a ERC los apoyos pactados en 2021, han acusado a Aragonés de «reproducir la sociovergencia» con su nuevo Ejecutivo y de promover una «falsa normalización» de las relaciones con el Estado.