Vicent Partal, en Vilaweb, sigue diciendo que no, que el proceso de independencia no ha terminado, pero las pruebas que presenta son bastante circunstanciales: «La manifestación de la Diada, que fue un éxito pese al boicot de Esquerra; el acto, muy contundente, del Consell de la República; el anuncio de una lista cívica auspiciada por la ANC para las próximas elecciones, y el desafío de Josep Costa al tribunal que le juzgaba, que ha hecho que mucha gente se pregunte qué hicieron los dirigentes del proceso en el juicio de Madrid.» Todo esto habría dado pie a que las bases de JxCat optasen mayoritariamente por salir del gobierno autonómico, con la esperanza de que el electorado les recompense con más escaños la próxima vez.
Se había construido una creencia
Mientras tanto, el veterano Josep Ramoneda, entrevistado por el Crític, afirma rotundamente que Junts ha puesto fin al proceso, «rompiendo el gobierno, paradójicamente, por no ser lo bastante independentista». En las declaraciones de Ramoneda, al igual que en sus artículos desde hace décadas, hay mucha paja —del tipo: «Es una oportunidad, pero hará falta hacerlo muy bien.» «No sabemos qué va a pasar.» «No se pueden anticipar las cosas.» «La izquierda debe aprender a leer la realidad.»—, pero es posible entresacar algunas frases asertivas.
Sobre el futuro inmediato de la Generalitat: «Lo más probable es que no haya ningún pacto estable de ERC con nadie y que el gobierno simplemente intente resistir hasta las municipales haciendo todos los equilibrios posibles. Y lo que las municipales determinen, se ejecutará. Estos meses todo el mundo jugará sus cartas pensando en las municipales, y eso distraerá un poco de la batalla parlamentaria en Cataluña.»
Sobre los partidos hasta ayer coaligados: «ERC es hoy el partido central del independentismo (…) bien articulado, con un fuerte liderazgo y con representantes en todo el territorio», y a diferencia de sus adversarios «puede definir estrategias claras a largo plazo». En cambio, «no entiendo lo que hacen en un mismo partido» Joan Canadell y Jordi Sànchez. «Unos defienden que Cataluña sea un paraíso fiscal; otros defienden pactar con el PSC; unos vienen de la vieja Convergència pactista; otros son independentistas extremistas partidarios de la vía unilateral (…) Ellos mismos están levantando acta de su decadencia. Esto se acabará rompiendo.»
Sobre el PSC: «Hasta ahora ha planteado una suerte de rechazo no ofensivo a la independencia y ofrece tranquilidad en tiempo de guerra. Eso está bien, pero a largo plazo se va a necesitar algo más. Sorprende, por ejemplo, que no presenten a un candidato más potente a la alcaldía de Barcelona, que serán unas elecciones clave para el futuro.»
Sobre las izquierdas en general: «Deberían preguntarse por qué la gente a la que hablan y a la que creen representar se desplaza a la derecha y a la extrema derecha. ¿Por qué el voto obrero o el voto de una parte de las mujeres está yendo a la extrema derecha? La izquierda no encuentra el tono para representar a las clases medias y a las clases populares en Europa. Aquí hay un problema, y esto explica el derrumbe de los partidos socialistas en todas partes, como en Francia o en Italia.»
Sobre el proceso independentista: «Hay una pregunta que debemos hacernos: ¿por qué se lo creyó tanta gente? Ahora ya casi todo el mundo se da cuenta de que esto [la independencia] no es posible, pero las condiciones que hoy se ven claras ya se daban en el 2017, y pocos lo decíamos. Se había construido una creencia que estaba por encima de la realidad, y ha costado mucho que volviésemos a aterrizar sobre la realidad.»
Conviene replicar que mucha gente se lo creyó porque, y sólo porque, «se había construido una creencia». Les dijeron que sería rápido y fácil, y les pareció posible; les dijeron que el Estado español no reaccionaría, y lo consideraron aceptable; les convocaron a grandes actos festivos, y acudieron. Pero nada más. Y si mucha gente se lo creyó fue porque no hubo, o no se oyó lo suficiente, un discurso alternativo. Allá cada cual con su responsabilidad.
Un centenar de acampados
Según una encuesta de Gesop dada a conocer por el Periódico el lunes 17 de octubre, el 59,5% de los catalanes opinan que el cisma entre Esquerra y JxCat no da por acabado el ‘procés’ «frente al 30,4% que cree que el órdago independentista ha tocado a su fin». Dentro del sector independentista, «el 27,2% piensan que el embate al Estado ha terminado sin un Govern que una a ERC y Junts, pero el 68,7% creen que la llama secesionista sigue viva».
Discutir sobre si el proceso ha terminado o no es una cuestión capciosa. Está claro que aquel proceso que llegó a su clímax en octubre de 2017 y generó posteriormente varios episodios de violencia callejera, ha terminado. Lo que pueda venir será otro proceso y se desarrollará de otra manera. La estrategia está aún por pensar —aunque en Flandes algunos no paren de darle vueltas— y los liderazgos por hacer.
Con la crueldad, no exenta de aciertos, que le caracteriza, Salvador Sostres, en Abc —Para que no se sepa—, afirma que «el independentismo, que fue transversal en la sociedad catalana, moviliza hoy no más que a personas mayores, estropeadas y sin ocupación ninguna. Ya no se respira grandeza, sólo quedan los restos enfermizos de un sueño roto y desparramado».
Habla de la acampada organizada por la ANC este fin de semana en la plaza Cataluña de Barcelona —con tantos parajes idóneos para acampar como hay en tierras catalanas, ¿cómo se les ocurre instalarse en una zona llena de ratas, por negligencia culpable del ayuntamiento social-colauista?— a la que acudieron un centenar de personas, cifra oficial, de una cierta edad —«los de 60 eran los más jóvenes, y los que había más eran setenteros coqueteando con la siguiente decena»— que durmieron en tiendas y oyeron algún que otro discurso inflamado repitiendo los tópicos de rigor. Según Sostres, «los digitales de la causa publicaron lo menos del evento para no poner a sus lectores ante el espejo».
TV3 hizo lo que pudo —ANC acampa…—: «Es el inicio de la campaña “Nosaltres acusem la justícia espanyola”, que, según la entidad, tiene el objetivo de “visibilizar a las personas represaliadas” y denunciar que la justicia española ha hecho una “causa general” contra Cataluña.» «Sólo hay una solución a esta represión: la independencia, ha dicho la presidenta de la ANC, Dolors Feliu, en el acto que ha dado el pistoletazo de salida a la acampada.» Lo de presentarse a les elecciones, con la llamada «lista cívica», ya para otro día.
Bernat Dedéu, en el Nacional, se ríe bastante del asunto —Convergència va de acampada—: «Todo va alarmantemente hacia abajo, y la protesta solo servirá para que esta desdichada señora que comanda la ANC, discípula de Artur Mas, pueda decir a sus chiquillas que ha emulado la Asociación de Madres de la Plaza de Mayo. Así han acabado los convergentes y parte del independentismo; haciendo el ridículo de la misma forma que su descendencia cupaire.»
Y metiendo el dedo en la llaga de la frustración, llama a ajustar cuentas no sólo con los partidos sino también con esas llamadas entidades soberanistas que son su instrumento: «De la misma forma que no tenéis ningún tipo de obligación de escuchar salmodias de Puigdemont o Junqueras, tampoco tenéis ningún tipo de necesidad de asistir al enésimo coloquio con la participación de Dolors Feliu, Lluís Llach, Gabriela Serra, Josep Costa o su tía en patinete. La Assemblea dice que quiere acusar a España. A España, hijitos míos, se la sudáis del todo. A partir de ahora, quien acusará seremos los ciudadanos, y yo os acuso de habernos hecho tragar las mentiras de Esquerra y Convergència sabiendo que su hoja de ruta era humo.»
VOTOS SEPARATISTAS PERDIDOS DEL 2017 AL 2021 :-643.46El separatismo ha perdido el 30% (casi 1 de cada 3) de los votos que obtuvo en 2017: de 2.079.000 a 1.456.000, més de 623.000 catalans han dit adéu al prusés, EN EL 14-F 2021 PORQUE la secesión ya no les ilusiona, no ven necesario movilizarse.Y JORDI C. (OMNIUM) Y PUIGDEMONT DICEN :» VICTORIA HISTORICA.»NO COMMENTS!
N.B. LO QUE QUEDA ES EL DERECHO AL PATALEO PORQUE EL FANATISMO ES DIFICIL DE GESTIONAR.