Un total de 65.148 personas esperan en estos momentos en Cataluña para poder realizar la prueba práctica para la obtención del permiso de conducción. El dato ha servido a la Generalitat para pedir al Gobierno central el traspaso de las competencias en esta materia con el objetivo de asumir la gestión de los examinadores desde el Servei Català del Trànsit, dependiente del departamento de Interior.
El «déficit en el servicio de examinadores», dependientes del Estado, es el que ha provocado que la lista de espera para acceder a la prueba práctica sea tan elevada, según un informe elaborado por Interior. A esto se añade, según el Govern, la decisión de la Dirección General de Tráfico (DGT) de centralizar en las capitales de provincia la realización de los exámenes, lo que ha provocado que «alumnos de las diferentes comarcas catalanas se tengan que desplazar» para poder realizar las pruebas teórica y práctica.
Movilidad limitada
El Govern ha recordado en un comunicado que la DGT se comprometió en 2015 a «incrementar las plantillas de personal examinador» para poder «atender el exceso de demanda». Un compromiso cuyo incumplimiento, según el Ejecutivo autonómico, «limita el derecho a la movilidad de los catalanes y las oportunidades laborales de la población en Cataluña».
Ante esta situación, el Govern ha realizado diversas propuestas con el fin de acabar con el problema. Además del traspaso de la gestión del cuerpo de examinadores, ofrece a la DGT un «acuerdo de colaboración» para que el Servei Català de Trànsit pueda reforzar este cuerpo. Este acuerdo incluiría, además, la reactivación de «todos los centros comarcales donde se pueden examinar los alumnos». Además, reclama al Estado el traspaso de las «funciones y los recursos suficientes para ejercer la competencia de los examinadores del permiso de conducir».