Desde Waterloo, el expresidente fugado de la Justicia española, Carles Puigdemont, fundador de Junts, ha cuestionado este domingo la decisión de Pere Aragonés de conformar un nuevo Govern con figuras no electas. En un hilo de mensajes publicado en Twitter, Puigdemont ha recordado que la «legitimidad» de un Ejecutivo se da cuando su presidente logra la validación de la Cámara y establece un vínculo con ella. Es este vínculo, ha añadido, «el que legitima al presidente para nombrar sus ministros, desplegar las políticas que se inscriben en el programa y llevar a la aprobación del Parlamento las leyes y los decretos».
Puigdemont ha indicado también que, en una situación como la que ha creado Junts tras romper el acuerdo de gobierno con ERC, «el presidente tiene el deber democrático de volver a someter su programa de gobierno a la aprobación del Parlamento y así poder emprender la nueva etapa reforzando su legitimidad». La otra opción es «convocar elecciones».
La «aristocracia mediática»
«No creo que sea bueno hacer creer que un Govern en minoría minoritaria (33 diputados de los 135) tiene exactamente la misma legitimidad que superaba de largo la mayoría absoluta de la Cámara (74 votos)», ha subrayado Puigdemont, «lo digo con el máximo respeto. Si va de democracia, va siempre». Considera el expresidente que Aragonés no ha respetado «las reglas» y lamenta que quienes critican la postura de ERC sean acusados de «trumpismo«. Concluye Puigdemont equiparando la decisión de Aragonés con el funcionamiento de los países «de menos traición democrática» y le recuerda que debe buscar la aprobación del Parlament y no de «aquella aristocracia mediática que se atribuye de facto esta representación».