El secesionismo, ahora en horas bajas, fundamento su fuerza en su capacidad de movilización basada en el control del relato a través de los medios de comunicación y la ocupación del poder en las principales instituciones catalanas. Els carrers seran sempre nostres hizo fortuna en las manifestaciones secesionistas.
El control de la calle fue un elemento clave en la intimidación interior y la propaganda exterior. Organizar manifestaciones desde el poder casi absoluto del que gozó el secesionismo en Catalunya es mucho más sencillo que la respuesta de unos partidarios de la unión divididos y con un PSC que mantuvo una posición más que ambigua el 8 de octubre, a pesar de la presencia de Borrell. De hecho, Miquel Iceta no asistió aunque sí lo hizo el día 27 en la segunda gran manifestación constitucionalista.
Fue una manifestación casi espontánea a la que asistieron decenas de miles de personas
La verdad es que el éxito de la convocatoria desbordó las previsiones de la organizadora, SCC. Fue una manifestación plural, casi espontanea, a la que asistieron decenas de miles de personas, familias enteras, que jamás lo habían hecho, movidas por la angustia del momento.
El éxito de la manifestación, su propia existencia, ha sido orillado por el secesionismo. Puigdemont en sus dos tomos de memorias, ni cita de pasada su existencia a pesar de lo detallado de su relato. Para él no existieron. Una prueba inequívoca del sectarismo, de la negación de la pluralidad catalana propia del nacionalismo.
Lo que pensamos que la secesión es un mal negocio debemos celebrar el recuerdo del 8 de Octubre
La demostración de fuerza tuvo un efecto político evidente. Los secesionistas vieron que, en el momento de la verdad, la Catalunya que no quiere la secesión sabe defenderse y responder. Sin su existencia probablemente no se hubiera aplicado el artículo 155 aunque fuera de forma tardía e insuficiente. Debió hacerse en septiembre con la aprobación de las llamadas leyes de desconexión por el Parlament, en todo caso inconstitucionales, pero que además se aprobaron con una mera mayoría absoluta insuficiente hasta para nombrar los miembros de la CCMA, y no digamos para reformar el Estatuto de Autonomía. Un atropello jurídico y político sin precedentes y absolutamente antidemocrático.
El secesionismo, aún consciente de su fracaso y del fin del procès, intenta mantener su relato y recuerda y celebra sus efemérides. Los que pensamos que la secesión es un mal negocio para los catalanes , para Catalunya y para el conjunto de España debemos celebrar el recuerdo del 8 de Octubre de 2017 sin ánimo revanchista pero con alegría y orgullo.